Como ayer se manifestaron temperaturas máximas de hasta 46° centígrados, distintos usuarios acudieron al Albergue Peregrino para evitar un golpe de calor. Sin camisa puesta, José Pérez comentó que para él es mejor acudir a dicho espacio en donde lo atienden de manera gratuita, ya que de lo contrario estaría pernoctando en la vía pública. Él es originario de Guadalajara y en algún momento de su vida vivió en Estados Unidos, pero tras ser deportado decidió quedarse en la ciudad que capturó el Sol.
Desde entonces hace de todo: Trabajar en la construcción, para una empresa que vende especies en el centro de la ciudad y hasta limpiar banquetas. “Aquí me tratan bien, no me tratan mal, me dan de comer, me dan una cama, un baño, me dan ropa de vez en cuando y me van a dar programa escolar para terminar mi escuela”.
Tania Mercado Espinoza, originaria de Michoacán, para buscar una mejor calidad de vida se fue a Tijuana esperando encontrar un trabajo, no obstante reconoció que no le fue bien en aquella ciudad fronteriza.
Apenas hace unos días halló trabajo, pero aquí en Mexicali, donde consideró que el trato ha sido mejor que allá. “Lo que me hacía falta era el trabajo, pero doy gracias porque nos abrieron las puertas en el albergue y en el trabajo”.
“NOMÁS NO AGUANTA UNO”
Cristóbal Ibarra Acuña, originario de Hermosillo, Sonora, va al Albergue Peregrino por preferir quedarse ahí en vez de estar en la casa de una tía que reside en la colonia Bellavista. De no contar con el albergue, comentó que andaría descansando en parques públicos, aunque reconoce que en ciertos horarios es insoportable permanecer en el exterior. “Nomás no aguanta uno”.