Tras quedar atrapadas dos camionetas en las traicioneras arenas del desierto mortal de la Laguna Salada, los 12 integrantes de dos familias residentes de Los Angeles, California y algunos de ellos de origen colombiano, recibieron la oportuna ayuda de un samaritano que con su vehículo de doble tracción los puso de nuevo en camino.
Ya habían marcado el 911 y Bomberos de Mexicali se acercaban al lugar, cuando los encontraron a 35 kilómetros al sur de la carretera federal 2 dentro del vaso seco de la laguna, ya venían en camino, solo los pararon para verificar que estuvieran todos bien y que pudieran continuar su camino, en dos camionetas, una Toyota Siena color gris y una suburbana Chevrolet color arena, ambas con placas de California.
Lo que pudo ser una tragedia quedó en el puro susto, pero puso de manifiesto que los viajeros, no obstante que vivieron momentos muy peligrosos, no estaban dejados de la manos de la gente de Baja California, pues de no haber sido por la mano amiga de un residente desconocido de alguno de los ranchos de aquellas aparatadas comunidades, habrían sido los bomberos que prestos ya los iban a salvar. Informaron los turistas que se dirigían al Cañón de Guadalupe, pues les dijeron que era un lugar maravilloso, un oasis que se encuentran al salir del desierto y ascender en la montaña, pero nadie les dijo que estaba cerrado.
Una vez fuera de peligro desistieron de su aventura y una vez en la autopista, recibieron las indicaciones para ir a San Felipe y las playas al sur del Mar de Cortez.
