En forma por demás temeraria y prepotente la conductora de flamante camioneta estuvo a punto de arrollar a un agente de policía que cumplía con su deber al cuidar la integridad de peatones que acudieron al evento de conocida firma embotelladora de refrescos.
Los hechos se suscitaron en bulevar Lázaro Cárdenas y Venustiano Carranza, donde la conductora de una camioneta de color blanco que circulaba por Carranza se introdujo intempestivamente al transitado bulevar, acción que el policía trató de impedir sin éxito.
El vehículo era tripulado por una mujer, quién lanzó una serie de amenazas al agente para después introducirse al tráfico sobre el bulevar, al cumplido uniformado no le quedó más que hacerse a un lado, pues de lo contrario hubiera sido arrollado por la unidad que pudo haber provocado un accidente entre las decenas de peatones que en esos momentos cruzaban por esa transitada vía.