Una mujer ha sufrido por cinco años, hostigamiento y acoso por parte de trabajadores de una reconstructora ubicada sobre la calle Río Culiacán y avenida Gordiano Guzmán, en la colonia Independencia.
Carolina, menciona que para ir a su trabajo o cualquiera tienda, tiene que pasar forzosamente por el inmueble, en donde tres de los trabajadores son los que siempre comienzan a hostigarla.
Comentó que por un tiempo cambió su turno de trabajo a la noche, para no toparse con los sujetos, ha cambiado de ruta, sin embargo la vialidad nueva es muy oscura en las tardes, por lo que prefiere caminar por la Río Culiacán, que si tiene faros de luz y aún hay gente en otros locales.
Después de mucho tiempo, la mujer habló con al parecer el administrador del local, explicándole que está harta de la situación y que ella no se expone a que sus empleados la estén hostigando.
Carolina cuenta que el sujeto se comenzó a reír y que lo único que podía hacer por ella es mencionarle los horarios en donde ellos no están.
En el pasado mes de octubre, Carolina reportó el hostigamiento al 911, cabe mencionar que no es el único llamado que ha realizado ante la misma situación, arribó un oficial municipal el cual supuestamente le dijo que no podía proceder nada porque los empleados estaban dentro del perímetro de su trabajo.
Que denunciarlo no le serviría de nada porque no están haciendo nada malo, debido a que tienen derecho a gritar, sin embargo, si los sujetos lo hacen ya en la banqueta o en la calle, ya sería distinto.
Sin embargo, la fiscal especializada en delitos contra la mujer por razón de género, Hortencia Noriega, informó que es importante que cualquier víctima de hostigamiento o acoso sexual, acudan a denunciar para después de escuchar la narrativa de la víctima, ellos cuadrar los hechos en un tipo penal.
“Nosotros como fiscalía nos corresponde la investigación de delitos y nos basta para iniciar investigaciones con la referencia o denuncia que haga la persona”, señaló.
Carolina es una mujer de estatura promedio y con un peso de no más de 50 kilogramos, tiene la enfermedad de trastorno de estrés postraumático en grado complejo.
Los empleados que la hostigan, le doblan el peso y la estatura, menciona no tenerles miedo pero sí están cansada y harta del acoso.