La madrugada de ayer, un dron operado por personas desconocidas “aterrizó” en el patio de la casa que el secretario de Seguridad Pública del Estado, Gerardo Sosa Olachea, tiene en Tecate.
Dicho aparato fue detectado por elementos de la Policía Estatal Preventiva que cuidan el inmueble y al asegurarlo se percataron que traía dos granadas de fragmentación, las cuales no lograron detonar.
Además, el dron estaba equipado con cámaras de control remoto.
Aunque el inmueble no es utilizado por el funcionario ni su familia, lamentó lo ocurrido y reiteró que no bajará la guardia y se redoblarán esfuerzos para capturar a los presuntos responsables y aquellos delincuentes que intentan actuar por encima de la ley.
Esta lucha, dijo, se hará de manera coordinada con los tres niveles de Gobierno.
Estas acciones, agregó, son resultado de la estrategia en contra de la delincuencia, pues durante los últimos meses se han realizado importantes decomisos de droga, armas y captura de delincuentes.
Comparan atentados
Luego de conocerse la amenaza contra el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, se recordó el atentado que sufrió Manuel Díaz Lerma cuando ocupó el mismo cargo el 25 de abril del 2006.
Casi 20 tiradores le dispararon cuando lo emboscaron en la avenida Colón y Periférico.
Fue un ataque bárbaro en el que se utilizaron armas de alto poder y hasta un lanzagranadas.
En ese hecho resultaron heridos tres de sus escoltas que viajaban en una camioneta sin protección balística. Díaz Lerma resultó ileso gracias a que la camioneta blindada resistió el furioso ataque perpetrado a lo largo de cuatro cuadras, pues en cada calle había tres o cuatro tiradores y otros más apostados en lo que era el bordo de tierra de canal Todo Americano, que entonces no estaba cercado.
Una vez que superó la camioneta del secretario Díaz el grueso del ataque, a toda velocidad el escolta y conductor enfiló por toda la Colón, hasta llegar a la calle E y de ahí enfiló hasta la calle Alfonso Esquer, luego la avenida Industrial y llegar a la Ferrocarrileros y casi llegando a López Mateos les tronó la camioneta. Ahí llegaron los agentes de la PEP que terminaron protegiéndolo.
Se dijo que dichos sujetos estaban debidamente entrenados y utilizaron armas AR 15 y “cuerno de chivo”, las cuales no les importó dejar tiradas en la huida, sin que hasta la fecha se haya podido saber quiénes eran.
Los agentes lesionados en aquel entonces fueron Agustín Jaime Brambila, Magdalena Martínez Zazueta y Roberto Razo Lara, quien por años padeció la secuela de las heridas por las armas de los sicarios.
En una reflexión que al paso de los años hizo Díaz Lerma, dijo que todo apuntaba que alguien de gobierno agarró dinero que repartiría para proteger a ciertos grupos, esa persona dijo que lo repartió y en base a eso hubo reclamos, y le echaron la culpa a él, pero ellos siguieron atacando a los Arellano Félix.