Tijuana.- El Proyecto de Datos de Ubicación y Eventos de Conflictos Armados (ACLED por sus siglas en inglés) informó el pasado enero a través de un estudio los impactos de la violencia generada por el narcotráfico en México.
Dentro de los puntos principales destacó el incremento en el número de asesinatos, así como la posibilidad de que los cárteles de droga pasen a la insurgencia. Para conocer qué lectura se le puede dar a lo anterior, el investigador del Colegio de la Frontera Norte (Colef), Andrés Sumano, brindó una entrevista a este diario.
¿Cuál es el panorama actual en el país entorno al crimen organizado?
"La situación de violencia que enfrenta actualmente México con un nuevo record de homicidios es una espiral que se alimenta de alta violación y altos niveles de violencia. Cuando en una sociedad hay altos niveles de incertidumbre, poca capacidad del Estado de preservar el estado de derecho se genera este tipo de condiciones que generar espirales de alta incidencia delictiva".
¿Desde dónde se empieza a combatir una problemática como está?
"El punto de partida es concentrarse en la violencia misma, es decir, en México hemos tratado de abordar el problema desde un enfoque que importamos de la ciencia de la salud que es el enfoque epidemiológico".
"La violencia tiende a concentrarse en un número de reducido de personas, es un pequeño porcentaje de la población es la que ocasiona la mayor parte de la violencia en un número reducido de lugares y en un grupo específico de comportamientos, entonces una manera de reducirlos es concentrar los esfuerzos del estado en conjunto con sociedad civil en una estrategia donde das aviso de la que la violencia no será tolerada".
No es una sorpresa que cuerpos de seguridad de distintos mandos estén involucrados con los grupos delictivos ¿qué hacer ante ello?
"Por muchos años no solo a nivel local, sino en todos los niveles en la historia de México, al menos en el narcotráfico, en el sistema de partido único priista era posible y el Estado lo hacía así, administraba la actividad del crimen organizado, en particular el narcotráfico, pero hoy no hay la capacidad para hacer eso".
"En el caso de municipios se puede hacer mucho creando policías locales porque en muchos lados la respuesta está en las dinámicas locales de violencia y delincuencia".
¿Es factible lo que señala el estudio de ACLED sobre las posibilidades de insurgencia por parte de la delincuencia organizada?
"A mí me parece que hay que irnos al tema de la evidencia, en que respaldan los datos. Lo que tenemos es una pulverización importante de los grupos delictivos, es decir, hoy tenemos una gran cantidad de lo que denomino yo como súper pandillas".
"También se han ampliado las actividades a las que se dedican, antes se hablaba del tema del narcotráfico, hoy muchos de esos grupos se han expandido a otro tipo de modelos de extracción de renta, se hace extorsión, se hace secuestro, se hace 'huachicol', se hace cooptación de presupuestos municipales".
"No coincido con el informe porque no veo el tema de la insurgencia porque no hay una motivación política de entrada, es una lógica económica. Es un negocio, son actividades que por supuesto hay un componente que si tienen estas lógicas de extracción de rentas que es el control de un territorio determinado, pero no para impulsar un cierto grupo de políticas o no con objetivos políticos; no veo yo que sea válida la lógica de la insurgencia".
En la actualidad las estrategias emprendidas por el gobierno federal en contra del crimen organizado no han arrojado buenos resultados. La designación de la Guardia Nacional como principal vía para erradicar o por lo menos disminuir la violencia sigue quedando pendientes en un país donde los brazos del narcotráfico continúan extendiéndose.