La oreja que le fue encontrada a José Manuel “N”, de 18 años, presunto homicida del menor Ignacio Rafael “N”, si pertenecía a la víctima, confirmaron investigadores policiales.
El presunto asesino llevaba la aurícula, que cercenó al niño de 10 años tras apuñarlo, en la bolsa posterior izquierda de su pantalón. Agentes municipales la encontraron al revisar a José Manuel, luego detenerlo para ser investigado en torno al homicidio del niño.
Después de las revisiones pertinentes efectuadas por elementos del Servicio Médico Forense (SEMEFO) y de la Policía Ministerial en la escena del crimen y en el cuerpo del pequeño, se confirmó que la oreja que le fue encontrada al presunto asesino sí corresponde con la anatomía de la víctima y además de que se observó que había sido cercenada.
Como se informó, un menor de 10 años, identificado como Ignacio Rafael “N”, residente del fraccionamiento Ángeles de Puebla, murió tras ser herido en múltiples ocasiones con un arma punzocortante.
El ataque, según los primeros indicios, habría sido perpetrado por un joven de 18 años, llamado José Manuel “N”.
Cerca de las 5:17 de la tarde del jueves, se recibió un reporte al C4 que indicaba que sobre la avenida Tilapia 688 del citado complejo habitacional se encontraba un niño lesionado, por lo que de inmediato se abocaron al lugar unidades de la Policía Municipal y la ambulancia de la Dirección de Bomberos.
Al llegar las unidades observaron dentro del domicilio el cuerpo de un menor, el cual estaba ensangrentado y después de las revisiones correspondientes por parte de los paramédicos se confirmó que ya no contaba con signos vitales.
En el lugar también se localizó al joven José Manuel “N”, quien presuntamente aturdido por la droga en un momento de locura apuñaló al menor que era trabajador de su padre en una pequeña panadería de esa zona de la ciudad.
Los agentes municipales se entrevistaron en el lugar con Eligió Serna Manríquez, de 60 años, abuelo del fallecido, quien les indicó que recibió una llamada del padre de José Manuel, quien le dijo que al llegar a su domicilio encontró al pequeño Ignacio tendido en el piso lleno de sangre y a su hijo con un cuchillo en la mano.