La madrugada del 17 de septiembre del 2018, María Luisa fue encontrada muerta en una de las recámaras de la casa donde vivía junto a su hermana en Portales II; estaba cubierta en sangre.
El presunto asesino identificado como Juan Carlos “N”, la privó de la vida con arma punzocortante, causándole más de 40 heridas en su humanidad; una de éstas penetró el cuello.
Su hermana Joana Elizabeth no entiende la falta de detenidos en el caso cuando existe mucha información sobre el presunto responsable.
Ante la falta de respuesta, muchos le han dicho que su hermana menor estaba en el lugar equivocado, a lo que responde: “Eso es mentira, ella estaba dentro de mi casa”.
El día de los hechos irían a un gimnasio cuando saliera de trabajar. Camino a casa, su hermana se encontró con dos hombres y una mujer, a quienes aparentemente conocía y se detuvo a saludar.
Minutos después se retiró sin darse cuenta que uno de los sujetos la siguió en su vehículo. Al llegar éste a la vivienda, María Luisa creyó que se trataba de su hermana, pero era Juan Carlos “N”, quien a la fuerza irrumpió en el domicilio.
“Un vecino vio cuando forcejeaba este hombre con mi hermana, mientras ella le decía ‘no te metas’ y luego él la aventó, ahí fue que entró y abusó de ella”.
De Ensenada a Los Cabos
Familiares supieron que el presunto agresor renunció a su trabajo y había huido a Ensenada, donde la esposa de él le enviaba dinero mientras evadía a las autoridades.
“Primero lo llevan a Ensenada cerca de 3 meses o 4 y de ahí se brinca a Los Cabos”, donde cambió de nombre usando otra identidad para poder viajar.
El caso aún continúa abierto en la Fiscalía General del Estado y desde octubre no ha arrojado avances.