PARÍS, Francia. (OEM-Informex).- La caída de la ciudad deMosul, después de 860 días de ocupación yihadista, puedeprovocar un fenómeno dominó capaz de terminar con el EstadoIslámico (EI) en pocas semanas, según la mayoría de los expertosmilitares.
En primer lugar, una derrota del EI en esa ciudad-símbolopermitirá a las tropas iraquíes vengar la humillación sufrida enjunio de 2014, cuando huyeron sin combatir y capitularon sincondiciones ante los combatientes yihadistas.
Paralelamente interrumpirá la ruta estratégica que permitióunir el califato entre Siria e Irak y enviar combatientes desdeRaqqa (Siria) a Mosul (Irak).
A diferencia de lo que ocurrió hace dos años y medio, estanueva batalla de Mosul será feroz y puede durar varias semanas omeses. Los yihadistas han construidos túneles y plantado minas portoda la ciudad para evitar que las fuerzas iraquíes y sus aliadospenetren fácilmente en la ciudad. Además, han cavado trincheraspara llenarlas con combustible y prenderle fuego en el momento delavance aliado.
Será un verdadero Stalingrado, donde cada yihadista defenderásu posición hasta la última gota de sangre, anticipó el expertomilitar francés Philippe Migault.
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La importancia de ese combate decisivo, sin embargo, reside enque, a partir del momento en que el EI debate abandonar la ciudad,se producirá una reacción en cadena que comprometerá el resto delas posiciones que aún están en poder del EI en Siria, estimó elexperto en estrategia Pierre Servent, que acaba de publicarExtensión del dominio de la guerra.
La idea de los aliados es poder avanzar rápidamente haciaRaqqa, la virtual capital del proclamado el 29 de junio de 2014inmediatamente después de la capitulación de Mosul, por el emirAbu Bakr al-Baghdadi.
Fuertemente debilitado por los bombardeos de la coaliciónoccidental y de la aviación rusa que sostiene al régimen deBashar al Assad, Raqqa ha perdido gran parte de sus combatientes,que fueron enviados a otras ciudades para evitar que seaneliminados o capturados cuando caiga la ciudad. Baghdadi tambiénhizo evacuar a la mayoría de los dirigentes del EI que aun estáncon vida, pues en los últimos meses los yihadistas perdieronnumerosos dirigentes políticos y líderes militaresimportantes.
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No quiero dar fechas, dijo recientemente el teniente generalStephen Townsend, nuevo responsable de la coalición internacionalanti-yihadista dirigida por Estados Unidos. Pero su Estado Mayorcree que, en la mejor de la hipótesis, Raqqa podría caer antes defin de año. Si no se cumple ese pronóstico, la capitulación nodemorará demasiado tiempo más. El problema no es ese. La granduda que subsiste es saber si el Estado Islámico no prepara algunasorpresa de envergadura, como una serie de mega-atentados en Europay Estados Unidos, para amortiguar el impacto psicológico quesignificaría la caída de Raqqa.
