Los eventos sucedieron hace un mes en la comandancia de laPolicía del Táchira, en los andes venezolanos, que hacen fronteracon Colombia. Allí los reos tomaron varios rehenes para exigirtraslados y otros beneficios procesales. Días más tarde, en unmotín que durara un mes y terminara el 7 de octubre pasado; lasautoridades retomaron el penal, pero al contar de nuevo a losprivados de la libertad no aparecieron 2 personas: Anthony Correa yJuan Carlos Herrera.
La Fiscalía solicitó la privación de libertad de 6 oficialesde Politáchira, presuntamente vinculados con la toma derehenes.
"Un fiscal salió y me dijo que era muy doloroso lo que teníaque decir: 'su hijo no aparece, fue uno de los que mataron y se locomieron", le contó Luz Sepúlveda, la madre de Anthony Correa aReuters, en un trabajo publicado este lunes en El Diario de Caracas.
Los familiares de Correa y Herrera alegan que supieron de lamuerte de sus hijos pero no recibieron los cuerpos. Fuentescercanas a la policía del Táchira detallaron que en el lugar delos hechos se encontraron restos óseos, que fueron puestos a laorden de la Fiscalía para determinar si corresponden o no con laidentidad de los desaparecidos.
Mientras tanto, en la Fiscalía ya han determinado el móvil delcaso: venganza. Un funcionario del Ministerio Público, que pidióresguardar su identidad, precisó que en la cárcel ocurrió unenfrentamiento entre dos grupos que se disputaban el control delpenal: uno conformado por 19 reos y otro por 17.
Los integrantes del grupo más pequeño querían tomar el poderdel recinto pero no pudieron. En venganza, el conjunto másnumeroso mató a dos víctimas del bando "enemigo".
Related contentHa pésar del hermetismo que ha mantenido el despacho de AsuntosPenitenciarios con el caso debido a la falta de sesultados de lasinvestigaciones, un dao importante que sostiene la teoría delcanibalismo es que, en el lugar se encuentra José Dorangel Vargas,alias "el Comegente". Capturado en 1999 por haber asesinado y luegocomido al menos a una decena de personas, permanecía recluido enel sitio donde ocurrió el motín, porque no podía ir a un centropenitenciario común. "Debe mantener de por vida medicación ycuidado exclusivo en virtud de la enfermedad mental quepadece", reza la sentencia de su caso.
En medio del enfrentamiento, precisa la fuente, los reclusos―que reciben tres comidas diarias en Politáchira― impidieronque Vargas recibiera los medicamentos para su enfermedad. Y elescenario fue más sombrío: "después de que mataron a lasvíctimas, llamaron a Dorangel para que las descuartizara yobligaron a todos los miembros del grupo enemigo a comerse loscuerpos", refiere la fuente. Los demás restos fueron incinerados.No se los comieron ―como están diciendo porahí― porque no tenían comida. Fue una venganza. Allí en lacomandancia se les garantiza a los reclusos su alimentación y losfuncionarios del MP estamos siempre vigilantes de que se lesrespeten sus derechos como detenidos", agregó. En elmomento en que ocurrieron los hechos había 370 reos en lacomandancia de Politáchira, que debería funcionar como un centrotransitorio de detenidos.
El Ministerio que regenta las cárceles anunció la semanapasada que ha trasladado a varios reclusos a otros centrospenitenciarios, luego de evaluar su situación jurídica, y seadelantó que en los próximos días iniciará un nuevo régimenque norme el funcionamiento de la comandancia de la policía.