/ jueves 28 de mayo de 2020

Educación autogestiva: oportunidad ante el Covid-19

Dejar tareas y mandar copias escaneadas con actividades a los padres de los alumnos no cuenta como educación

En el ámbito educativo, la pandemia por el coronavirus ha obligado a todas las escuelas públicas y privadas del mundo a adoptar herramientas tecnológicas autogestivas para continuar con la enseñanza a distancia con el propósito de que sus alumnos y alumnas no pierdan clases y así poder concluir satisfactoriamente el ciclo escolar 2019-2020.

Sin embargo, existe una confusión lógica de todos los actores escolares involucrados (directivos, profesores, alumnos y papás) sobre el concepto de educación autogestiva y su implementación, que como educadora de paz y mamá atiborrada de actividades educativas en casa, espero poder aclarar en los siguientes párrafos.

Comenzaré diciendo que ante el momento delicado en términos de salud y economía por el que pasa México y el mundo, derivados de la pandemia, debería ser menester de las autoridades educativas competentes llevar internet a todos los municipios de México, dotar a los estudiantes del país de dispositivos electrónicos donde puedan continuar con sus estudios a distancia por el tiempo que dure el confinamiento y posterior a éste. Dicho de otro modo, el internet y la computadora son tan esenciales como las máscaras y ventiladores en el sector salud.

Autogestión quiere decir administración autónoma. Para adquirir un conocimiento autogestivo es necesario que cada alumna o alumno dirija la forma en que lo adquiere y él o ella diseñen sus propias estrategias a su ritmo, su tiempo y su espacio. Tener al maestro de matemáticas o español de lunes a viernes de 9 a 10 am impartiendo su clase a través de una herramienta tecnológica como WhatsApp, Zoom, Schoology o Hangouts Meet no es educar de manera autogestiva. Enviar a los padres y madres de familia por WhatsApp un listado de fotocopias escaneadas con tareas por hacer en casa, no es educar y tampoco abona a la autogestión.

En la educación autogestiva, el tiempo que se le dedica al aprendizaje no está dado por la escuela -en un calendario que sí funciona para las clases presenciales con bloques de cursos escalonados por día, hora y maestros responsables- sino que debe ser orientado a las necesidades particulares del alumnado y sus tutores responsables con sus tiempos reducidos por el confinamiento obligado. De lo contrario, en vez de ser un ejercicio autogestivo, lo que tenemos se convierte en una educación impositiva donde se asume que todo el alumnado y sus tutores responsables, disponen hoy día del tiempo suficiente para acompañar a sus hijos, nietos, sobrinos, en su educación continua.

Y si un papá o una mamá tienen más de un hijo en distintos grados, necesitarían entregarle a sus retoños durante más de tres horas diarias, dos computadoras o dos tabletas, o dos teléfonos con internet, herramientas fundamentales para el trabajo en casa que millones estamos desarrollando como único sostén y soporte familiar.

En tiempos excepcionales como los que vivimos hoy día por la pandemia del Covid-19, se deben tomar decisiones excepcionales también en el ámbito educativo y la educación autogestiva a distancia podría sacarnos del apuro y del estrés que ya genera el que millones de niños y adolescentes no vayan a tomar sus clases presenciales por dos meses o más.

Las escuelas públicas y privadas deberán enfocar sus esfuerzos en valerse de una plataforma de E-learning -hay infinidad en el mercado- que se enfoquen en el aprendizaje virtual, la autogestión e interactividad, utilizando elementos básicos de cualquier proceso de enseñanza de tal manera que los alumnos y alumnas puedan tomar individualmente y voluntariamente sus cursos en los horarios en el que sus tutores puedan acompañarlos.

Sin horarios previamente establecidos por las escuelas y autoridades, con actividades de aprendizajes en línea que también se puedan calificar por esa misma vía, con videos entretenidos para la edad, con juegos de destreza divertidos, respuestas de opción múltiple, foros de consulta y demás herramientas.

Los docentes deberán migrar su planeación semanal al lenguaje digital. De nada servirá tener una buena plataforma autogestiva, si los maestros y maestras continúan pidiendo a sus estudiantes frente a una cámara que saquen sus cuadernos para dibujar al coronavirus cuando pueden decirles que graben un audio en la plataforma donde expliquen con sus propias palabras qué creen que es el Covid-19.

El confinamiento representa una oportunidad para modernizar el sistema educativo y sumar la tecnología como pilar de las escuelas / Foto: Reuters

No podemos como educadores seguir pidiendo que se impriman fotocopias de tareas o materiales específicos, cuando no podemos salir a comprar tóner y hojas a la papelería, que también está cerrada.

Pasar del lenguaje presencial al digital es un reto que implica comprender que de ahora de adelante todos debemos aprovechar al máximo las nuevas tecnologías de información e irnos apropiando de ellas.

Es tiempo del aprendizaje a distancia autogestivo. Es la escuela la que deberá apoyarse de plataformas educativas tecnológicas para acercar sus clases de español, biología, historia, inglés y matemáticas, donde cada alumno en compañía de sus tutores, sea libre de decidir si le dedica una hora a español los lunes, dos horas a inglés el martes o si el sábado cuando mamá y papá descansan del trabajo en casa, pueden dedicarle toda la mañana a ver las clases programadas de la semana para cumplir con ese aprendizaje.

La educación autogestiva en tiempos de un virus que nos encierra en casa tiene muchas ventajas. La primera es la flexibilidad para acceder en el horario y la ubicación que se le acomode a cada estudiante. La segunda, es que permite generar la interacción entre los usuarios a través de foros de discusión o grupos cerrados en línea. El costo por usuario es bastante bajo y puede ir desde un alumno hasta los 340 o 600 de tu escuela. También tiene capacidad para transmitir la información de forma reiterada, que es uno de los componentes esenciales de la educación en todo el mundo. Los docentes pueden gestionar sus propios contenidos, evaluar a sus alumnos, conocer cuántas veces se conectan y su nivel de avance.

La modalidad de aprendizaje autogestiva optimiza el acceso a la información e involucra actividades innovadoras que facilitan el seguimiento exhaustivo del desempeño del alumnado. Estimula también el desarrollo de habilidades y competencias, familiarizando a los participantes con el uso de medios informáticos. Además, logra que el participante se acerque al objeto de conocimiento de manera sencilla, haciéndolo responsable de sus procesos de aprendizaje y a su ritmo. Así mismo, esta herramienta se constituye en un elemento que promueve la creación de comunidades educativas.

La educación a distancia podrá ser efectiva y homologada cuando exista internet en cada familia y dispositivos electrónicos que acompañen la oferta educativa. Desde luego también, que la educación presencial es irremplazable así como la socialización y el contacto físico que en ella se genera. Pero hoy tenemos un nuevo mundo lleno de incertidumbres donde la única certeza es que necesitamos adaptarnos a una nueva realidad que puede convertirse en una oportunidad para reinventar y actualizar al sistema educativo.

El reto es mayúsculo pero no debe quedarnos grande. Necesitamos que juntos, padres y madres de familia, directores de escuelas públicas y privadas, maestros y maestras, autoridades educativas, le pongamos buena cara a la digitalización de los contenidos educativos en aras de irnos adaptando a las nuevas y venideras circunstancias que se avecinan. Es tiempo de unidad, de apropiación de las nuevas tecnologías de la información, de hacer valer esa premisa universal que pone a la educación como un derecho intocable, el as bajo la manga de México y de las sociedades democráticas contemporáneas.


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Omny

En el ámbito educativo, la pandemia por el coronavirus ha obligado a todas las escuelas públicas y privadas del mundo a adoptar herramientas tecnológicas autogestivas para continuar con la enseñanza a distancia con el propósito de que sus alumnos y alumnas no pierdan clases y así poder concluir satisfactoriamente el ciclo escolar 2019-2020.

Sin embargo, existe una confusión lógica de todos los actores escolares involucrados (directivos, profesores, alumnos y papás) sobre el concepto de educación autogestiva y su implementación, que como educadora de paz y mamá atiborrada de actividades educativas en casa, espero poder aclarar en los siguientes párrafos.

Comenzaré diciendo que ante el momento delicado en términos de salud y economía por el que pasa México y el mundo, derivados de la pandemia, debería ser menester de las autoridades educativas competentes llevar internet a todos los municipios de México, dotar a los estudiantes del país de dispositivos electrónicos donde puedan continuar con sus estudios a distancia por el tiempo que dure el confinamiento y posterior a éste. Dicho de otro modo, el internet y la computadora son tan esenciales como las máscaras y ventiladores en el sector salud.

Autogestión quiere decir administración autónoma. Para adquirir un conocimiento autogestivo es necesario que cada alumna o alumno dirija la forma en que lo adquiere y él o ella diseñen sus propias estrategias a su ritmo, su tiempo y su espacio. Tener al maestro de matemáticas o español de lunes a viernes de 9 a 10 am impartiendo su clase a través de una herramienta tecnológica como WhatsApp, Zoom, Schoology o Hangouts Meet no es educar de manera autogestiva. Enviar a los padres y madres de familia por WhatsApp un listado de fotocopias escaneadas con tareas por hacer en casa, no es educar y tampoco abona a la autogestión.

En la educación autogestiva, el tiempo que se le dedica al aprendizaje no está dado por la escuela -en un calendario que sí funciona para las clases presenciales con bloques de cursos escalonados por día, hora y maestros responsables- sino que debe ser orientado a las necesidades particulares del alumnado y sus tutores responsables con sus tiempos reducidos por el confinamiento obligado. De lo contrario, en vez de ser un ejercicio autogestivo, lo que tenemos se convierte en una educación impositiva donde se asume que todo el alumnado y sus tutores responsables, disponen hoy día del tiempo suficiente para acompañar a sus hijos, nietos, sobrinos, en su educación continua.

Y si un papá o una mamá tienen más de un hijo en distintos grados, necesitarían entregarle a sus retoños durante más de tres horas diarias, dos computadoras o dos tabletas, o dos teléfonos con internet, herramientas fundamentales para el trabajo en casa que millones estamos desarrollando como único sostén y soporte familiar.

En tiempos excepcionales como los que vivimos hoy día por la pandemia del Covid-19, se deben tomar decisiones excepcionales también en el ámbito educativo y la educación autogestiva a distancia podría sacarnos del apuro y del estrés que ya genera el que millones de niños y adolescentes no vayan a tomar sus clases presenciales por dos meses o más.

Las escuelas públicas y privadas deberán enfocar sus esfuerzos en valerse de una plataforma de E-learning -hay infinidad en el mercado- que se enfoquen en el aprendizaje virtual, la autogestión e interactividad, utilizando elementos básicos de cualquier proceso de enseñanza de tal manera que los alumnos y alumnas puedan tomar individualmente y voluntariamente sus cursos en los horarios en el que sus tutores puedan acompañarlos.

Sin horarios previamente establecidos por las escuelas y autoridades, con actividades de aprendizajes en línea que también se puedan calificar por esa misma vía, con videos entretenidos para la edad, con juegos de destreza divertidos, respuestas de opción múltiple, foros de consulta y demás herramientas.

Los docentes deberán migrar su planeación semanal al lenguaje digital. De nada servirá tener una buena plataforma autogestiva, si los maestros y maestras continúan pidiendo a sus estudiantes frente a una cámara que saquen sus cuadernos para dibujar al coronavirus cuando pueden decirles que graben un audio en la plataforma donde expliquen con sus propias palabras qué creen que es el Covid-19.

El confinamiento representa una oportunidad para modernizar el sistema educativo y sumar la tecnología como pilar de las escuelas / Foto: Reuters

No podemos como educadores seguir pidiendo que se impriman fotocopias de tareas o materiales específicos, cuando no podemos salir a comprar tóner y hojas a la papelería, que también está cerrada.

Pasar del lenguaje presencial al digital es un reto que implica comprender que de ahora de adelante todos debemos aprovechar al máximo las nuevas tecnologías de información e irnos apropiando de ellas.

Es tiempo del aprendizaje a distancia autogestivo. Es la escuela la que deberá apoyarse de plataformas educativas tecnológicas para acercar sus clases de español, biología, historia, inglés y matemáticas, donde cada alumno en compañía de sus tutores, sea libre de decidir si le dedica una hora a español los lunes, dos horas a inglés el martes o si el sábado cuando mamá y papá descansan del trabajo en casa, pueden dedicarle toda la mañana a ver las clases programadas de la semana para cumplir con ese aprendizaje.

La educación autogestiva en tiempos de un virus que nos encierra en casa tiene muchas ventajas. La primera es la flexibilidad para acceder en el horario y la ubicación que se le acomode a cada estudiante. La segunda, es que permite generar la interacción entre los usuarios a través de foros de discusión o grupos cerrados en línea. El costo por usuario es bastante bajo y puede ir desde un alumno hasta los 340 o 600 de tu escuela. También tiene capacidad para transmitir la información de forma reiterada, que es uno de los componentes esenciales de la educación en todo el mundo. Los docentes pueden gestionar sus propios contenidos, evaluar a sus alumnos, conocer cuántas veces se conectan y su nivel de avance.

La modalidad de aprendizaje autogestiva optimiza el acceso a la información e involucra actividades innovadoras que facilitan el seguimiento exhaustivo del desempeño del alumnado. Estimula también el desarrollo de habilidades y competencias, familiarizando a los participantes con el uso de medios informáticos. Además, logra que el participante se acerque al objeto de conocimiento de manera sencilla, haciéndolo responsable de sus procesos de aprendizaje y a su ritmo. Así mismo, esta herramienta se constituye en un elemento que promueve la creación de comunidades educativas.

La educación a distancia podrá ser efectiva y homologada cuando exista internet en cada familia y dispositivos electrónicos que acompañen la oferta educativa. Desde luego también, que la educación presencial es irremplazable así como la socialización y el contacto físico que en ella se genera. Pero hoy tenemos un nuevo mundo lleno de incertidumbres donde la única certeza es que necesitamos adaptarnos a una nueva realidad que puede convertirse en una oportunidad para reinventar y actualizar al sistema educativo.

El reto es mayúsculo pero no debe quedarnos grande. Necesitamos que juntos, padres y madres de familia, directores de escuelas públicas y privadas, maestros y maestras, autoridades educativas, le pongamos buena cara a la digitalización de los contenidos educativos en aras de irnos adaptando a las nuevas y venideras circunstancias que se avecinan. Es tiempo de unidad, de apropiación de las nuevas tecnologías de la información, de hacer valer esa premisa universal que pone a la educación como un derecho intocable, el as bajo la manga de México y de las sociedades democráticas contemporáneas.


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