Un punto emblemático del desierto bajacaliforniano es el Valle de los Gigantes, donde crecen cardones que se elevan a más de 10 metros de altura, y que alguna ocasión representaron a México en una expo mundial, es visitado por decenas de turistas, que solo con vehículos doble tracción, pueden sortear las dificultades del terreno.
Considerado dentro del municipio de Ensenada, pero también reclamado por Mexicali, hoy este lugar se encuentra dentro del fundo legal del naciente municipio de San Felipe, al encontrarse en el kilómetro 14.5 de la carretera de este puerto, que se dirige a Puertecitos.
Se trata de un lugar privado al que hay que pagar 10 dólares por vehículo, y cuyo único servicio que ofrecen es el de un baño que se encuentra a unos cuantos metros del improvisado cerco que marca el inicio de la propiedad.
El camino es de terracería arenosa, pasando por un pequeño tramo de piedra sólida al pasar por la falda del cerro Punta Estrella, se sigue derecho por el camino cuando a lo lejos se puede ver los enormes cactus que empiezan a sobresalir en el horizonte.
Metros después, se puede encontrar una pequeña ramada y un deteriorado anuncio de madera en el que se advierte tanto en inglés como en español que solo los vehículos de doble tracción podrán continuar el camino.
Si no se cuenta con un vehículo 4 x 4, hay que resignarse a no aventurarse más allá, debido a que se puede quedar atascado
Sin embargo, aún así, el paisaje es espectacular, los cardones en gran número que emergen de la tierra, alcanzan alturas impresionantes y conforman caprichosas figuras de tal forma que uno no será igual al otro.
Es fácil quedar hipnotizado por la flora que emerge del inhóspito y caluroso desierto bajacaliforniano.
No por nada se trasladó un cardón gigante desde este lugar, donde se llevó una a la Expo Universal Sevilla 1992, en el pabellón de México.
Este gigante fue regresado a México y colocado en el puente Abasolo sobre la carretera que va de Mexicali al Aeropuerto, y era soportado por una estructura metálica, sin embargo este se secó con lo que se perdió para siempre, lo que muestra la fragilidad de estos imponentes gigantes.