Tijuana.- La situación económica, laboral y de salud de los jornaleros en San Quintín es peor de lo que se vivía en Baja California hace 10 años, aseguró Sergio Méndez Palma, consejero del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales.
“Hoy de qué sirven tantas organizaciones si nadie se preocupa de la situación de los jornaleros que viven peor que hace 10 años”.
Méndez Palma, quien es un pensionado jornalero en Estados Unidos, dijo que a pesar de que San Quintín será el sexto municipio del estado, continúan siendo los patrones quienes ejercen la ley en los campos agrícolas, que en muchas de las ocasiones los jornaleros viven dentro de las parcelas y los mantienen encerrados sin tener comunicación con personas externas, similar a una esclavitud moderna.
Acusó que la Secretaría del Trabajo está coludida con los patrones, pues a pesar de que se violan sus derechos laborales y humanos, esta dependencia no sigue los casos.
Los dueños de campos agrícolas mantienen control mediante los que llamó “guardias blancas”, que son personas que cuidan que el jornalero trabaje extensas horas y ejercen presión a través de la fuerza entre los trabajadores del campo para mantenerlos sometidos.
Otras de las condiciones de desigualdad, dijo, es que muchos de los jornaleros pertenecen a comunidades indígenas que no hablan español, lo que los mantiene aislados del resto de los trabajadores del campo.
La mayoría de los indígenas, dijo Méndez Palma, que no se les da trabajo a jornaleros después de 40 años, pues a pesar de ser una edad productiva, a esa edad la salud de los jornaleros empieza a deteriorarse, resultado de largas horas de trabajo, no tener acceso a la salud, alimentación y una vida digna que se refleja con enfermedades crónico-degenerativas.
Fidel Sánchez, presidente de la Alianza de las Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social por los Jornaleros Agrícolas del Valle de San Quintín, dijo que son alrededor de 37 mil personas, jornalero indígenas asentados en el Valle de San Quintín, pero durante los meses de febrero que empieza la temporada de cosecha de fresa, se requiere de mayor mano de obra calificada y alrededor de 33 mil indígenas jornaleros llegan a Baja California de los estados Chiapas, Veracruz, Guerrero, Hidalgo y Michoacán.
En promedio, un jornalero gana por día entre 235 y 238 pesos por una jornada de trabajo de ocho a 12 horas, o lo equivalente al trabajo de ocho a 10 surcos.