Desde el 2015 los pescadores legalmente establecidos en San Felipe y el Golfo de Santa Clara tiene prohibido ingresar al mar y extraer productos por la veda que les impuso el Gobierno federal para proteger a la vaquita, el único mamífero marino 100% mexicano que además está a punto de extinguirse.
En cambio, los pescadores furtivos tienen a su disposición el Alto Golfo de California de donde extraen la totoaba, un negocio ilegal, millonario y amenazante para la vaquita.
Los pescadores con permisos legales aceptaron en el 2015 sacar del agua sus redes y embarcaciones a cambio de una compensación económica mensual del Gobierno federal que al menos desde los últimos cuatro meses no llega y que el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador anunció va a desaparecer.
Para Ramón Franco Díaz, presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras “Andrés Rubio Castro”, la veda solo ha venido a afectar a quienes trabajan legalmente y ha favorecido a los traficantes del buche de totoaba.
“Vemos con tristeza como la ilegalidad se agranda en el Mar de Cortés, no hay nadie quien les estorbe en el mar y ya se apoderaron de las zonas por donde pasa el producto que andan buscando, el sector legal está completamente olvidado por el Gobierno federal”.
Lorenzo García Carrillo, presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras Ribereñas del Puerto de San Felipe, coincide en que la restricción a los pescadores legales solo elevó la presencia de los traficantes en las aguas del Alto Golfo de California que operan a plena luz del día.
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