Desde 2015, la prohibición de la venta del camarón a Estados Unidos ha sido un problema para los ribereños, que han perdido 9.7 millones de pesos anualmente (promedio) desde que entró esa situación, debido a la pesca ilegal de la totoaba y poner en peligro a la vaquita marina.
El líder cooperativista Carlos Tirado Pineda, informó que ya son siete años en que no se puede vender el camarón al vecino país del norte, y la federación no se ha acercado a tratar de plantear soluciones al respecto.
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“Sigue la cerrazón del gobierno federal a querer resolver el problema, hay una laguna de desinterés de parte de ellos, antes, por lo menos la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca) había mostrado interés en el tema y había tenido acercamiento con el sector pesquero para hacer algunos operativos de vigilancia”.
Agregó que el problema es que no hay recursos asignados a la vigilancia, y los que hay son escasos, al final salen sobrando el aspecto de vigilancia.
De 2015 a la fecha, se han perdido, 67.9 millones de dólares por no poder vender la producción de camarón al vecino país del norte, lo que ha golpeado fuertemente a la población pesquera.
Expresó que solamente se ha visto aspectos de la dependencia apoyando aspectos de la pesca del camarón, pero al final lo bueno sería que hubiera operativos en contra de la pesca furtiva.
“Mientras sigan siendo palabras, la gente va a seguir yendo a la captura del camarón, a pesar de cualquier operativo de cualquier nivel de gobierno que vaya a detener a quien haga esa actividad ilegal”.
Comentó que, en el Golfo, hay oficiales de la Conapesca, haciendo su trabajo, pero ellos no se han acercado al sector con alguna alternativa o un plan hacia la veda de camarón, donde se protege la especie.
“Solo lo que han hecho son anuncios, pero en la práctica nada aún seguimos esperando a que se acerquen”.
Mencionó que no se tienen cifras ni aproximadas de lo que el Golfo ha perdido en ganancia por la prohibición de la no venta del crustáceo a Estados Unidos, pero lo que saben es que son millones de pesos que no se van a recuperar.
Externó que desde el 2015 comenzó la prohibición, pero en el 2018 se agudizó la situación y no pueden comercializar el producto, solamente en el mercado nacional, pero no es lo mismo.
“No hay precios, no hay un mercado oficial en donde puedas vender el producto libremente, y todo porque no han podido frenar la pesca furtiva, ese es el verdadero motivo.
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Comentó que ya hay presiones de Estados Unidos para que México haga algo por la vaquita marina, ya que, si lo hace, puede dar pie a abrir nuevamente el mercado para los camaroneros del Golfo de Santa Clara.
“Hay también que cambiar los artes de pesca, prohibir la pesca furtiva, con ello podríamos arreglar el problema”.