Siempre es el momento apropiado para hacer lo que es correcto”, recalcó José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), citando al célebre defensor de los derechos civiles en Estados Unidos, Martin Luther King, para decir que es hora de una nueva era en el cuidado del agua.
En el marco del Día Mundial del Retrete, que se conmemoró el 19 de noviembre, el maestro en bioingeniería destacó que en Tijuana se consumen en promedio 175 litros de agua al día por habitante, mientras que en San Diego el promedio ronda los 600 litros y en la India los 50, por lo que urge cambiar hábitos.
“Cerca del 70% del agua consumida en el hogar es en regaderas y sanitarios, pero hay además una terrible asimetría en costo y consumo: las familias que reciben el agua por tubería pagan 20 pesos por metro cúbico, mientras que las más marginadas, sin agua en la tubería, pagan hasta 250 pesos el metro cúbico al comprar por tambo o barril”, criticó.
Zavala Álvarez, quien egresó del Programa de Estudios Avanzados en Desarrollo Sustentable de El Colegio de México y la Fundación Rockefeller (LEAD-México), agregó que, lamentablemente, según estimaciones internacionales, en todo el mundo al menos dos mil millones de personas utilizan una fuente de agua potable contaminada con heces fecales. “¿Por qué flota el hielo? El agua es vida, el agua es un derecho humano, el cuerpo humano es tres cuartas partes agua, algo similar a lo que ocurre con el planeta Tierra, que quizá entonces deberíamos llamarlo Agua; si todas nuestras vidas están referidas al agua, ¿por qué la despreciamos al usarla como el fluido más barato en la naturaleza?”, cuestionó.
Le declaramos amor y agradecimiento, añadió, por qué entonces la usamos como el fluido más barato, usamos agua nueva en los sanitarios para transportar y alejar de nosotros el excremento y orina, los animales se intoxican si no se alejan de sus productos metabólicos, se alejan ellos si están en libertad, los gatos entierran y las aves tienen su lugar preferido.
“La paradoja es que el agua, a pesar de ser parte sustantiva de la creación de vida, la suponemos tan barata que inventamos tecnología para el desperdicio, cabe hacernos muchos reclamos con ironía ahora que literalmente la estamos regando; sin embargo, también sabemos construir salidas a los dramas inventados”, comentó. José Carmelo Zavala agregó que el ingenio no tiene fronteras, las opciones van desde lo que está haciendo Bill Gates, que patrocina la innovación de un mueble sanitario que no usará agua, será inodoro y producirá abono, hasta el aprovechamiento del conocimiento urbano y las muchas ideas de respeto o ahorro de agua en sanitarios y regaderas.
“Se puede conectar el drenaje del lavabo con el depósito del sanitario y así usar el agua de lavado de manos para la descarga del retrete, para lo cual un plomero ingenioso puede ayudar; otra alternativa es recibir en una cubeta el agua fría de la regadera y destinarla al sanitario, a lavado de platos, al jardín, a otra cosa, pero evitar que se vaya al drenaje”, opinó. El director del CIGA señaló que también es posible cambiar el calentón de agua por uno de paso, que esté más cerca de la regadera, para así evitar tirar el agua fría; además, está la opción de cambiar las bocas de los grifos por mezcladores de aire y así ahorrar 40% del agua en lavado de manos y trastes.
“Otras ideas son disminuir el uso de máquinas lavadoras de trastes y ropa o usarlas a su capacidad máxima, sin olvidar que la ropa de mezclilla y otro tipo de ropa no es necesario lavarla después de cada puesta, sino que puede utilizarse varias veces antes, además de que siempre hay que buscar una regadera más eficiente y bañarse en menor tiempo”, indicó. Instalar, complementó, una botella llena de agua dentro del depósito del sanitario mantiene el nivel y puede ahorrar un litro en cada descarga, pero claro que lo ideal es sustituir muebles sanitarios mingitorios por otros de bajo consumo de agua o secos; también puede buscarse la posible separación de aguas grises y negras en las instalaciones sanitarias.
“Debería optarse por el riego de áreas verdes nocturno y menos frecuente; el riego de jardinería con agua morada, además de corregir fugas inmediatamente y también pueden utilizarse los camellones y jardinería bajo nivel de calle, patios y banquetas para la cosecha de agua de lluvia y la recarga de los mantos freáticos”, enfatizó Zavala Álvarez. La cosecha de agua de lluvia, concluyó, puede hacerse también en los techos y canalizarla para la jardinería o a tanques de almacén, incluso a lavado de carros, el cual debe hacerse con una cubeta y trapo, no con manguera y, finalmente, debemos cambiar a jardinería con plantas nativas, las cuales demandan menos agua y tienen mejor supervivencia.