El señor Lucio Brambila Reyes todos los días instala su puesto frente a la delegación municipal de Ciudad Guadalupe Victoria, en donde les da una opción para refrescarse y alimentarse a los que pasan por ahí, gracias a las aguas frescas y tortas frías que vende.
El hombre de 84 años es originario de Tecolotlán, Jalisco, pero desde muy joven llegó a Mexicali para trabajar de la pizca del algodón, después de que lo invitaran unos familiares que estaban trabajando en esta tierra cálida.
Por allá en 1957 vivió un tiempo en la parte urbana de Mexicali, época en la que se decidió en comprar una carreta, donde empezó vendiendo aguas y jugos en las afueras de la primaria Miguel Alemán. Desde entonces le agarró el gusto al negocio.
Me gusta tratar al cliente, que tengo gente conocida de muchos años.
Posteriormente se fue a vivir a Ciudad Guadalupe Victoria, cuando todavía no estaba tan poblado como ahora. Hace muchos años la preparatoria se encontraba en la calle Segunda, época en la que estaba instalado ahí. Después, se fue a vender afuera de una primaria y luego en una secundaria.
Actualmente, entre las 7:30 y las 15:00 horas lo que más vende son las aguas frescas de jamaica, piña, cebada y limón, al igual que las tortas hechas con bolonia, aguacate, lechuga y tomate con mayonesa, pero siempre con el pan calientito.
Pese a las altas temperaturas que se manifiestan en tierras cachanillas, aseguró que no vende tantos raspados.
Este trabajo le permitió sacar adelante a sus ocho hijos, quienes también se dedican a ser comerciantes. Con este giro, salen adelante sus 18 nietos y 20 bisnietos.
Comentó que solo descansan el Día de los Muertos, fecha en que aprovecha para visitar la tumba de su esposa. Tampoco trabaja el día de Navidad y durante la víspera de Año Nuevo, por lo que se considera un hombre de trabajo.