Por 40 minutos los automovilistas que buscaban cruzar a Calexico por la garita Río Nuevo fueron detenidos en su paso por el tren carguero de Ferromex, la madrugada de ayer.
La locomotora y los vagones que arrastraba recorrieron el bulevar Adolfo López Mateos desde su estación hasta el Centro de la ciudad.
Se detuvieron antes del último retorno, a una cuadra de la calle Melgar, por el Hotel del Norte.
El tren anunció su llegada al Centro Histórico a las 4:25 horas con su sonido peculiar y sus luces que encandilaban, en espera de que se abrieran las puertas de la “caja” de revisión de rayos gama, antes de cruzar a Calexico.
Ese es su tránsito cotidiano, la diferencia es que desde el miércoles, al cambiar el ingreso del puerto fronterizo Oriente, ahora el tren detiene el tráfico de los carros que buscan la ruta que los lleve a Estados Unidos.
La revisión
Fue a las 4:31 horas que las puertas del área de rayos gama (que están junto a la Pagoda China) se abrieron.
La locomotora avanzó lentamente, se detuvo varias veces antes de ingresar, momento en que los conductores aprovecharon para acelerar y ganarle el paso, así evitar la espera.
Ante las prisas, no se detuvieron ni con el sonido de alarma de la máquina (las campanas y su silbido) que les anunciaba que estaba andando; hasta un conductor temerario se metió en sentido contrario con tal de no hacer fila.
El tren ingresó al área de revisión y se detuvo para que con los rayos se examinaran algunos de sus vagones y verificara que no contenían algún producto ilegal.
Para los peatones, la sensación de que los vagones volverían a moverse se sentía desde lejos; la tierra vibraba y luego se escucha una especie de golpe que aturdía.
Fueron cinco ocasiones las que se repitió el mismo movimiento (avanzar y detenerse) para lograr su objetivo de cruzar su mercancía a Calexico, en suma un proceso de 40 minutos, por la cantidad de vagones que llevaba.
Durante el tiempo que el tren estuvo detenido, peatones que buscaban cruzar el bulevar de Norte a sur, se atravesaron caminando entre los contenedores, confiados en que las luces de colores gama a lo lejos discretamente se alcanzaban a ver, señal de que seguiría detenido.
Las filas
La fila de los carros que esperaban iniciaba en López Mateos, por la calle Melgar, luego daba vuelta a la Colón Oriente, hasta la calle México.
Algunos conductores comentaron su preocupación de estar en medio de la calle esperando por más de media hora en el mismo lugar.
Otros comentaron que debieron salir más temprano de su casa para intentar atravesar antes de la llegada del tren carguero, pero no lo lograron; no faltó el que dijo que casi le ganaba, pero se detuvo con una vendedora de tacos.
Al terminar su proceso el tren, los vehículos siguieron su paso, tomaron los dos carriles, avanzaron hasta la decena de accesos de la aduana de Calexico; y en menos de media hora desahogaron el tráfico, de nuevo la calle Melgar se volvió a quedar casi sola.