En la actualidad, la población femenina del Centro de Reinserción Social de Mexicali (Cereso) está compuesta por 191 mujeres que cumplen condenas por cometer delitos como homicidios, robos y secuestros, de ellas 149 son madres que aun tras las rejas buscan la forma de dar un buen ejemplo a sus hijos, tal como lo hace Maribel Andrade Álvarez.
Tiene 39 años, es originaria de Mexicali, madre de tres hijos y ha pasado 2 mil 399 días en prisión por portación de arma y robo de vehículo, le restan poco más de 36 meses para cumplir la condena de 11 años que le fue impuesta.
“Para mí fue un duelo muy fuerte, separarme de mis hijos fue lo que más me ha dolido en este lugar, además de estar lejos de mi familia que ahora se hace cargo de ellos; viví una vida que no era la adecuada en el consumo de drogas y delinquiendo, haciendo daño”.
La nueva Ley Nacional de Ejecución Penal, instalada en México en el 2016, permite que las mujeres convertidas en madres mientras cumplen una condena en la cárcel se hagan cargo de la crianza de sus hijos hasta los 3 años y en base a esa legislación, el Cereso de Mexicali, al igual que los Centros de Reinserción de todo el país, tienen como plazo hasta el 2020 para adecuar los espacios que garanticen una estancia segura y sano desarrollo de los niños junto a sus madres presas.
Aunque Maribel recibe la visita de sus familiares cada semana, ella prefiere que sus hijos vayan solo una vez al mes a visitarla a la cárcel, pero de manera constante se comunica con ellos vía telefónica.
“Hablo dos veces con ellos a la semana, platico con ellos y les pregunto qué hacen, trato de ser parte de su vida, de sus actividades, aunque yo no pueda estar ahí, trato de involucrarme”.
Celebrará hoy
Este 10 de mayo Maribel festejará el Día de las Madres con una comida especial que ofrecerá el Cereso además de que junto a las cuatro mujeres con las que comparte celda, quienes también son madres, comprarán botanas para celebrar su día.
“Anhelo un día afuera con mis hijos en especial un 10 de mayo al lado de mi madre también, no hay nada que uno haga afuera que valga tanto la pena para vivir lo que se vive aquí adentro”.