Este sábado se dijo adiós a un local icónico que solamente se podrá recordar en la memoria de quienes de pequeños acudían a comprar ropa después de una caminata al bajar del camión o taxi, se trata del negocio LA CAMPANA.
Ubicado en Avenida Ignacio Manuel Altamirano y Avenida Benito Juárez, este local se estableció en el año de 1967 siendo su fundador el señor Enrique Acuña Salcido QEPD quien dejo el legado de su esfuerzo como empresario local a su hijo Javier Acuña.
Por la falta de estacionamientos, orden, limpieza, seguridad, este y otros negocios han dejado de existir en la zona centro que es utilizado como una estancia para personas en condición de calle, estancia de migrantes, que en gran parte terminan por involucrarse en el consumo de drogas, lo cual al parecer de algunos locatarios es una problemática que impide que las familias tengan la seguridad de transitar por las banquetas y callejones.
“El primer cuadro de la ciudad no tiene accesos, nos acaban de dar el puntapié cambiando la línea de la garita, si de por si teníamos problemas serios. Se cuenta con bastantes pedigüeños, un problema que desde 1972 mi padre trato de solucionar, pero hasta 1982-1983 se agravo y opto por instalarse en Plaza La Cachanilla siendo de los primeros en hacerlo”, recordó Javier Acuña.