Tijuana.- El invertir tanto tiempo a alguna actividad no significa que se esté trabajando mejor. Hoy en día es muy habitual padecer estrés, agotamiento físico, emocional sin siquiera tomarlo en cuenta, se llega a un punto de agotamiento extremo donde “ya no podemos más”. A esta serie de factores se le conoce como síndrome de Burnout, es decir síndrome del quemado.
En opinión de la Mtra. Rosario Egaña Auna, Coordinadora de la Licenciatura en Psicología Organizacional en CETYS Universidad campus Tijuana, no existe una definición totalmente aceptada sobre Burnout, sin embargo se trata de una respuesta al estrés laboral crónico, una experiencia subjetiva y actitudes con implicaciones a la persona y a la organización. Esta se produce principalmente en el marco laboral de las profesiones que se centran en la prestación de servicios y atención al público, incluso se ha hablado que podrían padecerlo estudiantes en los últimos años de carrera.
“Se podría definir como cansancio y fatiga física, psíquica o ambas, es la sensación de no poder dar más de sí mismo a los demás. Se presenta agotamiento, falta de motivación, desmoralización. Lo que lo diferencia de un cuadro de estrés es que se es incapaz de pensar que la situación mejorará.” mencionó la experta.
Este problema mental es reconocido como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el año 2000 como un factor de riesgo laboral por su afectación en el trabajo y en la calidad de vida. Su tratamiento oportuno podría evitar casos con graves repercusiones. Por consiguiente, es uno de los factores de riesgo que deben atender las empresas y que obliga la NOM 035.
FASES QUE SE PRESENTAN
La experta describió que el Síndrome de Burnout se manifiesta a través de 5 etapas:
Inicial, de entusiasmo. Alarga su jornada laboral de trabajo, se presenta ante un nuevo puesto de trabajo, se experimenta entusiasmo, gran energía y se dan expectativas positivas.
Estancamiento. No se cumplen con las expectativas propuestas profesionalmente. Se empieza a percibir que la relación entre esfuerzo y recompensa no es equilibrada. Se siente incapaz de dar respuesta eficaz.
Frustración. El trabajo carece de sentido, cualquier provoca irritación y conflicto con los compañeros de trabajo. La salud puede empezar a fallar y aparece problemas emocionales, fisiológicos y conductuales.
Apatía. En esta fase se pone freno en el trabajo. Se congela la relación con los compañeros y el interés por mejorar en nuestro ámbito.
Distanciamiento. Existe un sentimiento de vacío, la autoestima se ve mermada.
DETECCIÓN
Los afectados presentan síntomas físicos. de forma moderada, en esta aparece insomnio, déficit atencional y tendencia a la automedicación; grave, existe mayor ausentismo, cinismo y de forma extrema se refleja aislamiento, crisis existencial depresión crónica y riesgo de atentar con su vida.
La experta recomendó acudir con un psicólogo, quien podría realizar un diagnóstico adecuado al paciente, así como brindar el tratamiento necesario que permita controlar o inhibir la problemática de una manera eficaz.