El gobierno tenía pretextos para anunciar el aumento de los impuestos, sin embargo, después que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público diera a conocer que se daría más recurso a la entidad para el gasto federalizado, ya no hubo justificación real para que en esta entidad la autoridad estatal o municipal aplicara un alza en sus leyes de ingresos.
Roberto Valero Berrospe, presidente del Centro de Estudios Económicos de Tijuana (CEET), acompañado de integrantes del Consejo Coordinador Empresarial puntualizó que Baja California va a recibir este año más de 2 mil 300 millones de pesos de lo que se recibió en el 2019, lo cual representa una ganancia en términos reales, por lo que no había justificación para el alza de los impuestos estatales y locales.
“Es una ganancia en términos reales, descontando la inflación, que es del 1% el crecimiento principal está en las participaciones federales, que es dinero de libre disposición, que el gobierno puede usar para los problemas que ellos consideren pertinentes”.
En el caso del estado y el ayuntamiento, recordó que las autoridades argumentaron que se incrementarían los impuestos de acuerdo a la inflación en ese momento, sin embargo, eso no fue así.
“Lo que no tomaron en cuenta esas personas es que al cierre del año pasado, en Tijuana y Mexicali fue las baja del país, de hecho Mexicali registró la inflación más baja de su historia con el 0.17% y Tijuana fue la más baja en 10 años con .78%”.
Esos indicadores fueron una buena noticia, apuntó, siendo que implicó que la gente podría consumir más, consecuentemente reportar más impuestos y el gobierno, recaudarlos, no obstante, con el alza a los impuestos, en enero se reflejó de nuevo una inflación muy alta que afectó a la economía.
Mexicali brincó su inflación del .17% que cerró en diciembre al 2.33% en enero, mientras que Tijuana del .78%, subió al 2.53% en el primer mes del 2019.
“Aquí cuando nos asomamos a ver qué es lo que está impulsando esto, el rubro de alimentos creció considerablemente pero también los costos de los servicios que ofrece el gobierno, esas dos variables fueron las que pegaron y nos llevaron a la inflación otra vez arriba, eso tiene consecuencias”.
El catedrático explicó que si los consumidores no pueden gastar por la alta inflación, esto repercute directamente a las empresas. Si el gobierno sigue insistiendo en sus impuestos, existirá una inflación artificial y no de mercado, siendo la primera una inflación que impulsa el mismo gobierno, a través de sus servicios y de imponer nuevas tarifas.
Si ese tipo de inflación artificial crece, se estará en el borde de la deflación, tal y como ocurrió en el 2014 cuando se incrementó el Impuesto del Valor Agregado del 11% al 16%.
“Se disparó la inflación pero se cayó el consumo y también la economía se cayó, a eso está orillando el gobierno del estado al estar presionando con esta alza de impuestos, ahorita la economía no soporta un alza de impuestos porque está débil, está en recesión técnica y si a eso le agregamos que se están perdiendo empleos y que se están cerrando empresas entonces lo único que hace es que empuja la economía, no una recesión técnica, sino una recesión completa y luego a una deflación”.
La solución al problema económico que vive el gobierno, es que el gobierno disminuya su gasto, pero no afectando a la población con los impuestos, tal y como lo señalaron las calificadoras crediticias Moody’s y Fitch Ratings.
“Tenemos un gobierno obeso que gasta mucho y que no quiere recortar el gasto; nos dijeron que iba a ser un gobierno austero pero las calificadoras nos dicen lo contrario”.