El acumulado de empresas que han cerrado operaciones en Baja California suma en lo que va del 2023 las 7 mil 562, según los datos dados a conocer por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aseguró el economista y ex catedrático, Roberto Valero Berrospe.
El también presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California (Ceebc), reveló que el 80 por ciento de los giros que detuvieron operaciones, pertenecen a micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes)
“Han cerrado en su mayoría porque el mercado está muy endeble, o sea los consumidores no tienen un gran poder adquisitivo y también por las cuestiones burocráticas con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) que está sometiendo mucho a las empresas con tanto requisito”, agregó.
Octubre se convirtió en el segundo mes con más bajas de empresas del padrón del IMSS, alcanzando las 801, sólo por debajo de febrero, cuando fueron mil 101.
Valero Berrospe resaltó que la complicada situación se agudiza por el volátil entorno económico, así como por los niveles de inseguridad en la entidad, condiciones que impactan directamente a empresas y empleos.
Explicó que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el 40 por ciento de los bajacalifornianos tienen dos trabajos por familia, por lo cual no es que haya disminuido la pobreza, sino que ahora la gente trabaja más para poder sobrevivir.
Durante octubre en Baja California se generaron 5 mil 5 empleos, de los cuales el 94 por ciento se considera con salario precario, al establecerse con un máximo de dos mínimos.
“Nunca se habían creado tantos empleos de hasta dos salarios mínimos en Baja California, pero a cambio se redujeron los de tres para arriba; la ganancia es a costa de la pérdida de niveles salariales más altos”, añadió.
Valero Berrospe señaló que si bien el estado ha anunciado que este año se han generado cerca de 93 mil 440 empleos nuevos, omiten decir que la calidad de esos empleos es muy mala.
El economista indicó que durante octubre en Mexicali se generaron 1 mil 209 empleos, en Playas de Rosarito 625, en San Quintín 72 y Tecate 31, todos de hasta dos salarios mínimos, mientras que en Tijuana se perdieron 657 y en Ensenada 627.
El también catedrático externó que en Baja California no ha convenido que se incremente el salario mínimo, ya que se ha empobrecido el ingreso salarial, derivando que más miembros de la familia participen en el ingreso del hogar.
“Es lo que está presumiendo la gobernadora; no bajó la pobreza, aumentó el número de miembros que aportan dinero al hogary por eso es que creció la cantidad, no porque hayan tenido mejores ingresos”, agregó.
“Lo que ayudó al ingreso de los hogares fue el crecimiento de la informalidad y el ingreso de los ocupados legales en Estados Unidos con el crecimiento de las remesas; eso es lo que ha estado sosteniendo económicamente al estado, más que el sector formal”.
También consideró que el compararse con otros estados, desde la administración del ex gobernador Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid, ha sido un espejismo, ya que no deberíamos compararnos con Chiapas o Oaxaca, si no con la Baja California de principios de este siglo.
“Donde crecía a tasas de dos dígitos el Producto Interno Bruto (PIB) y se pagaban los salarios más altos del país; Mexicali era una de las cinco mejores ciudades para vivir en México y era la mejor planeada de la frontera norte”.
Finalmente, el presidente del Centro de Estudios Económicos informó que todo eso se ha venido abajo como resultado de una mala planeación por parte de los gobiernos, que se ha acentuado sobre todo en los últimos cinco años.