Niños que han encontrado refugio en Casa Hogar para Varones (CAHOVA) mantienen sus sueños intactos, mientras esperan y estudian para superarse y encontrar un mejor futuro.
Provenientes de familias disfuncionales, Daniel de 15 y Kevin de 11 años de edad, llegaron a la casa hogar de manera diferente, sin embargo, comparten su pasión por el futbol, sus deseos de regresar al seno familiar, así como el de estudiar y salir adelante.
Daniel llegó hace 4 años por su propia voluntad, era un niño que ni siquiera existía ante la ley, no estaba registrado, por lo que no contaba con acta de nacimiento, no tenía identidad, sin embargo, hoy está a punto de ingresar a la preparatoria.
Ante tal descuido, su hermana mayor se lo llevó a vivir con ella, sin embargo, al nacer su hija propia, ya no tuvo tiempo de hacerse cargo de Daniel, por lo que él mismo, a su corta edad, decidió entrar a CAHOVA.
Ya son muchos años, por lo que quiere salir, regresar a vivir con su hermana a la que visita cada quince días, estudiar una carrera universitaria como puede ser diseño gráfico o arquitectura.
El caso de Kevin es similar, sus padres no le prestaban atención, ya que el poco dinero que ganan lo gasta en un poco de comida y a comprar drogas, por lo que hace un año, una antigua vecina a la que le llama tía, denunció esta situación y desde entonces está en CAHOVA, donde asegura le dan buen trato.
Sin embargo espera salir pronto y regresar a vivir con su “tía” a la que quiere mucho.
Por el momento piensa en ser futbolista, pero por otra parte no tiene bien definido qué es lo que quiere para el futuro, pero su deseo es el de salir adelante.