El puerto de San Felipe también cuenta con sus historias de terror, como una dama que se aparece en la carretera, hasta los duendes que molestan a los pescadores en San Luis Gonzaga.
Al acercarse el Halloween y el Día de los Muertos, se asoman las historias de terror en el folclore porteño, que van tejiendo las leyendas locales, y va pasando por generaciones.
Tal es el caso de Franch Julpecio Vega, pescador de profesión, residente de San Felipe, quien al tener la restricciones en la pesca, tuvo que acudir más al Sur para realizar su actividad, donde dicen, por las noches se aparecen duendes en la playa.
Se trata de San Luis Gonzaga, que se encuentra a 160 kilómetros al Sur de San Felipe, en el municipio de Ensenada, hasta donde viajó con su familia, transportando sus pangas, y durmiendo en la playa.
Algunos no pudieron dormir, los duendes le jugaron la mala pasada de golpear las láminas que colocaron, su amigo al que apodan “el muelas” de plano durmió con una veladora encendida.
Mientras que otro, que trató de descansar en la embarcación, de plano no pudo ya que estas extrañas criaturas movían la panga, por lo que perdió la paciencia y se regresó caminando a San Felipe.
A Franch y a su esposa Rosa Dueñas, les movían el colchón, por lo que se pararon a ver quién les hacía la travesura, pero no miraban a nadie, menos en la oscuridad de la noche, pero en una de esas ocasiones que se levantaron, vieron unos ojos rojos, que de inmediato se alejaron.
Es así que del susto, decidieron no salir y se refugiaron bajo la calidez de sus cobijas.
La enfermera
Octavio Ascolani es un conocido empresario de San Felipe, quien vivió una experiencia paranormal que hasta estos días, le sigue poniendo la carne de gallina.
Esto sucedió hace algunos años en uno de los múltiples viajes de negocios que realiza a Mexicali, sobre la carretera a San Felipe.
Fue a eso de las 9:00 de la noche, viajaba de Sur a Norte, viajaba a Mexicali, al inicio de las dunas, donde se encuentra una casa abandonada, se le apreció una mujer que caminaba con la cabeza agachada, vestida de blanco con capucha y un bastón.
“Créanme que se me enchinó la piel, sentí una reacción horrible en mi organismo, y un mes después, nos fuimos Jorge Rodríguez y un servidor, fuimos igual a un viaje a Mexicali, le iba contando, mira aquí se me apareció una señora vestida de blanco con un bastón.
“Y en ese momento que le iba contando, cuando se me vuelve a aparecer, tengo un testigo de que es cierto lo que estoy contando, y ya nunca la he vuelto a ver, desde esa ocasión hace 25 años”.
Otras personas residentes de San Felipe han comentado, que se les ha aparecido esa misma persona, dicen las historias que es una enfermera que se accidentó cerca del lugar que les digo yo, cerca de La Salada, además de algunos motociclistas.
Hoy toma precauciones, cuando pasa de noche por ese mismo lugar se espera a ir detrás de otro automóvil, para que no lo agarren solo, o bien, de plano, prefiere no circular por la carretera a altas horas de la noche.