El director del organismos de la sociedad civil (OSC) Hijo Pródigo, Santiago Raygoza, destacó que rescataron a Alfredo, quien al parecer sufre de sus facultades mentales y recientemente estuvo lanzando piedras a los automovilistas que circulaban en el paso a desnivel del distribuidor vial, causando cuantiosos daños.
Mencionó que como Alfredo, que sufre un problema de adicciones, hay cerca de mil personas más deambulando por la zona centro, o en los cruceros de la ciudad y que de noche se resguardan en casas improvisadas que son construidas con materiales que van recolectando en la calle y que se denominan “ñongos”.
Muchas de estas personas son gente sin hogar, adictos, migrantes que al ser deportados por esta frontera y que por tener algún mal de índole mental recibían medicamentos en Estados Unidos y que al dejar de recibirlos, su situación se ha agravado y por ello deambulan por la calle.
Destacó que actualmente hay sustancias más potentes en la calle que hacen que los consumidores se pongan muy agresivos, como el caso de Alfredo, por ello es necesario el trabajo conjunto, ya que él no puede ir a la cárcel, ni tampoco lo puede recibir el hospital psiquiátrico, porque no tiene espacio.