En el primer reporte trimestral del año que presentó el 02 de mayo a la Bolsa Mexicana de Valores, la inmobiliaria Ruba informó que al término de los primeros tres meses de este 2023, respecto al mismo periodo de 2022, logró mantener el volumen de viviendas escrituradas con crecimiento en ingresos de +9.4% y utilidad bruta de +7.7%, con crecimientos marginales en el Ebitda de -3.7% y utilidad neta de -1.9%.
La desarrolladora pormenorizó que de enero a marzo de 2023 escrituró 2,296 viviendas, +0.3% por arriba de los primeros tres meses de 2022, en el cual las unidades escrituradas en el segmento de interés social representaron el 50% y generaron el 26% de los ingresos; mientras que los segmentos medio y residencial, con el 50% de las unidades, originaron el 74% de los ingresos.
Comparada con las mezclas del año anterior, la vivienda de interés social ganó terreno +0.4 puntos porcentuales (PP) en unidades y +2.4 PP en ingresos.
“Estamos conscientes de los retos que enfrenta el sector de la vivienda en México en materia de inflación, altas tasas de interés y cierta debilidad de la demanda en algunas plazas y segmentos del mercado“. consideró el director general de la viviendera, Jesús Sandoval Armenta.
Ruba es una desarrolladora mexicana con sede en Ciudad Juárez, Chihuahua, con 42 años de operaciones. Es considerada una de las dos desarrolladoras de vivienda más importantes del país en términos de ingresos, utilidad y rentabilidad. Ha escriturado más de 235,000 viviendas y opera en 16 plazas de 12 estados del país. Produce un promedio anual de 12,000 unidades de los segmentos de interés social, medio y residencial.
“Consideramos que con la fortaleza financiera de la empresa y el equipo que se ha conformado existen las condiciones para no solo mantener los volúmenes de vivienda escriturada y crecimiento en ingresos como fue en este primer trimestre, sino también lograr un crecimiento en la utilidad neta en los próximos trimestres, como lo hemos hecho en los últimos años”, comentó Sandoval Armenta.
Sus finanzas sanas, su adecuado desempeño operativo y financiero, aunado a una política financiera prudente y a una consistente reducción del nivel de endeudamiento –según han dictaminado en sus momentos las calificadoras internacionales S&P Global Ratings y Fitch Ratings— le han permitido obtener la calificación más alta de la industria en México: “AA(-)” con Perspectiva Estable.