Las remesas de las personas que viven en Estados Unidos, junto con las de los residentes que van y vienen todos los días, aportan cerca del 12 por ciento del PIB de la economía estatal, lo cual favorece a la entidad para mantenerse a flote, sin embargo se trata de una economía parasitaria, sostuvo Roberto Valero Berrospe.
El presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California puntualizó que las personas que trabajan en Estados Unidos viviendo en México, en promedio están ganando alrededor de 600 dólares por semana, que pertenecen a un grupo importante de aportación extranjera para Baja California.
“Las remesas aportaron en el primer semestre de este año 714.7 millones de dólares y se estima que este grupo aporta una cifra similar; en este primer semestre estamos hablando de más de 1 mil 400 millones de dólares que es una cifra superior a la inversión extranjera directa que nos llega al estado, incluso es mayor que las participaciones federales”, aseguró el economista.
“Dado que la economía atraviesa por un estancamiento desde hace ya dos décadas estos flujos de dinero que están llegando a Baja California, son muy importantes para mantener su economía a flote, hablamos de una economía parasitaria porque estamos dependiendo de Estados Unidos”, comentó.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del año 2020, en Baja California hay 92 mil 895 personas que trabajan legalmente en Estados Unidos, ciudadanos que van y vienen cotidianamente y aportan a esta entidad mexicana alrededor del 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), mencionó Valero Berrospe.
Una de las razones por las que muchas personas optan por residir del lado mexicano de la frontera y trabajar en Estados Unidos, añadió, es para poder tener una vida mejor y al tener familia de orígenes mexicanos, deciden no irse a vivir a Estados Unidos pero tampoco trabajar en México por los salarios bajos.
Agregó que la mayor parte del dinero que se manda de Estados Unidos, se gasta en Baja California, aunque una buena parte se va a la economía informal, contrario a la acción de los mexicanos que van y gastan a Estados Unidos.
“Nunca habíamos tenido una pobreza salarial como ahora en Baja California; actualmente el rango salarial es de dos salarios mínimos, en comparación del año 2,000, donde la mayor parte de los trabajadores en el estado ganaban más de cinco salarios mínimos, siendo un referente mundial”, agregó.
Por otra parte, Álvaro Contreras, ciudadano estadounidense, mencionó que algunas de las complicaciones a las que se tiene que enfrentar una persona estadounidense que vive en México y trabaja en Estados Unidos, es que al no tener domicilio en ese país puede ser difícil tener acceso a las ayudas gubernamentales y también tener que hacer largas filas para cruzar a trabajar, en el caso de no tener el acceso por la fila Sentri.
“El acceso a beneficios o ayudas en Estados Unidos, requiere de un domicilio, ya que si solo cuentas con un código postal puede ser más difícil adquirirlas; otra complicación es que al tener que cruzar diario, debes madrugar para llegar a tiempo al trabajo”, externó.
Por querer vivir bien prefiere trabajar en Estados Unidos y vivir en Mexicali, explicó, ya que aquí hay una gran dificultad, poca paga, mucha gente vive al día aquí; no pueden pensar tan a futuro por todo el dinero que gastan en pagos y servicios.
Por otra parte, Valero Berrospe señaló que el factor importante de mencionar es que el grueso de las personas que trabajan en Estados Unidos y viven en Mexicali están considerando irse de México ya que las condiciones económicas en el estado se han deteriorado,
Baja California, agregó, es el estado que tiene mayor proporción de ciudadanos con doble ciudadanía, siendo alrededor del 10 por ciento de la población.
HISTORIA DE ÉXITO
José Luis, quien nació en El Salvador, manifestó que llegó a México donde se naturalizó como mexicano y se fue a Estados Unidos desde muy joven; a los años de vivir y trabajar en la Unión Americana le otorgaron la ciudadanía, con la cual pudo tener el derecho de migrar a su esposa y dos de sus hijos mexicanos casi después de 20 años, pero ahora teniendo doble nacionalidad.
“Desde joven trabajé en el campo en Estados Unidos, pero tengo mi casa en Mexicali donde siempre han vivido mi esposa e hijos; hace poco los pude emigrar pero aún así vamos y venimos porque nos gusta estar más en Mexicali y todos tenemos doble nacionalidad”, comentó.
INTERSTICIO
La situación de las ciudades mexicanas fronterizas como Mexicali y Tijuana, con respecto a sus vecinos, Calexico y San Isidro, ha formado una zona llamada por investigadores el intersticio, en el cual se genera una cultura nueva llamada la tercera cultura, expresó el titular del Centro de Estudios Económicos del Estado.
“Son ciudadanos mexicanos pero que tienen una influencia muy fuerte de los ciudadanos de Estados Unidos y viceversa; además, en este espacio, en este corredor de la frontera, en este intersticio, resulta que generan formas de hablar diferentes, costumbres diferentes, combinaciones de palabras mexicoamericanas y se crea la familia transfronteriza” comentó, Valero Berrospe.
Un ejemplo de esto sería el caso de Arnulfo Vazquez, quien trabaja en un campo de golf en Thermal, California, pero siempre viaja a Mexicali a atender los asuntos de su casa, visitar a demás miembros de su familia y a convivir.
“Trabajo entre semana y me vengo los días de descanso a convivir en mi casa en Mexicali ya que a mi me gusta más estar aquí con mi familia que en Estados Unidos, allá es para trabajar nada más, para sacar dinero y aquí yo me siento más agusto y me alcanza más la economía”, expresó.
Ciudadanos estadounidenses que viven en Mexicali y trabajan en Estados Unidos, prefieren mantener ese estilo de vida ya que el valor de la moneda es mayor, además de que hay ocasiones en que desde pequeños son moldeados a esa cultura, ya que muchas veces solo nacen en Estados Unidos pero son criados en México, externó Álvaro Contreras.
