La sabiduría popular los llama “polleros” o “coyotes”, pero para él la tarea cruzar migrantes de México a Estados Unidos es simplemente su empleo, al cual se ha dedicado por más de una década en la ciudad fronteriza de San Luis Río Colorado.
Es la historia relatada de “Pedro”, a quien así se le llamará en la presente redacción a manera de cuidar su identidad, ya que, aunque es conocido entre el ambiente, sabe es riesgoso el hacer público la experiencia como traficante de personas.
VE NORMAL LA MIGRACIÓN
A Pedro le toca hacer varias “chambas” en la corporación de traficantes a la que pertenece. Hay “cruzadores”, quienes fungen como guía para los migrantes al momento de atravesar la frontera; “subidores”, los que llevan a los ilegales de la entrada de Estados Unidos a su destino; “transportistas”, con la tarea de trasladar a los indocumentados de la casa de seguridad hasta la franja fronteriza; y los “reclutadores”, es decir, el primer contrato.
Aunque a un principio le fue difícil comprender el fenómeno de la migración y la necesidad de las personas por llegar a Estados Unidos, después lo aceptó.
“Me costaba mucho desprenderme de los migrantes al momento de verlos correr por el desierto, me daba miedo que pudieran perder la vida, pero después entendí que alguien tiene que hacer este trabajo, porque si nosotros no existiéramos, la migración seguiría”, expresó.
En su experiencia, la migración ilegal, “no es como la pintan en las noticias”, sino la esperanza de una nueva oportunidad para alguien que por diferentes razones, está en la búsqueda de una mejor vida, aunque claro, eso tiene un precio e implica de muchos riesgos, la cárcel y la muerte, por ejemplo.
CUESTA HASTA 15 MIL DÓLARES MIGRAR POR SLRC
En la frontera con Yuma, Arizona, los “polleros”, cruzan a los migrantes por cuatro puntos: por el desierto a la altura entre San Luis Río Colorad y Sonoyta, por Los Algodones en Baja California, por el canal “Sánchez Mejorada” y por el Puerto de Entrada vehicular a San Luis, Arizona, escondidos en los carros o en el caso de infantes, con papeles prestados.
Según el entrevistado, el precio por cruzar acompañado de un “experto”, es de 7 mil dólares (126 mil pesos) aproximadamente cuando se trata de hacerlo por el desierto, por el canal o por los Algodones, y de 15 mil dólares (270 mil pesos) aproximadamente por la garita norteamericana. En cualquiera de las opciones, el destino final puede ser Los Ángeles, California o Phoenix, Arizona.
“Pareciera que es un costo elevado, pero la verdad es que el dinero que les cobramos se divide en muchas personas, además, se trata de algo seguro, en cuestión de horas ellos estarán del otro lado”, contó.
LA DEMANDA
La gran mayoría de los clientes o “la mercancía” como se les llama en el argot, vienen del centro y sur de México, pero también hay un número importante de centroamericanos, en su mayoría adultos, aunque de igual manera atienden a menores de edad, y de acuerdo a la experiencia de Pedro, hay mucha reinserción, ya que gran parte de los deportados, deciden volver a cruzar de manera ilegal.
La “temporada buena” para los traficantes de personas, comprende de septiembre a diciembre, periodo en el que suelen cruzar entre ocho a 10 migrantes por semana. Y aunque lejos quedó el auge del 2010, ser “pollero” en la actualidad sigue siendo remunerable.
“Aquí desde muchos años ha existido esto y seguirá existiendo, la realidad es que por más que busquen detener la migración ilegal, siempre habrá quien cruce pese a los riesgos”, comentó Pedro.
SOBRE EL MURO
Aunque respeta la intención internacional que existe con la renovación del muro en la franja fronteriza de blindar la frontera, “Pedro”, no encuentra en ello, una razón para dejar de dedicarse al cruce de personas.
*7 Mil dólares es el precio estándar que cobran los “polleros” por cruzar por el desierto; 15 mil cuesta hacerlo por la entrada principal