La Secretaría del Medio Ambiente del Estado buscará el año entrante añadir una más a su red de 14 estaciones de monitoreo de calidad del aire, de las cuales solo cinco se encuentran funcionando.
Leonardo Esparza Medina, director de Gestión Ambiental de dicha dependencia, dio a conocer que en teoría, la administración estatal actual recibió 14 estaciones, según los documentos, pero solo eran nueve, ya que en algunas sus partes habían sido robadas o vandalizadas.
“El día de hoy tenemos cinco en operación, más una más que esperamos para el próximo año y, bueno, seguir sumando a la red en poder aumentar la cobertura, trabajando en colaboración”.
De las nueve recibidas se tomaron partes para dar mantenimiento o colocarlas a las cinco que funcionan en la actualidad.
Comentó que de acuerdo a la información que tiene la Secretaría, nunca hubo 14 estaciones operando y que en su mejor momento, hubo cuando mucho 12.
La pérdida o robo de las estaciones, dijo, se debió a que algunas se instalaron en lugares donde no había vigilancia las 24 horas, como lo son escuelas primarias.
El funcionario mencionó que adquirir una estación nueva tiene un costo de entre los 5 millones y siete millones y medio de pesos, considerando precios del año pasado, ya que hace falta conocer cómo incrementaron su precio con la crisis de los transistores y demás partes electrónicas durante la pandemia.
“Todo subió y todo tarda más en llegar”, expresó Esparza Medina.
Reconoció que la ruta presupuestal es limitada, por lo que se contempla buscar los recursos mediante una colaboración binacional, o bien, con los correspondientes a los impuestos y sanciones que pagan empresas para compensar el daño ambiental.
“Se les establece esta manera de compensar el daño que hacen a través de este intercambio; pero estamos explorando todas las vías”.
A REGULAR QUEMAS
Debido a que la única manera de eliminar hongos o bacterias de cultivos es realizando la quema de residuos de cosecha, en opinión del responsable del área de Conservación del Módulo de Riego 19, debería ser el municipio el que regule esta actividad a través de la Dirección de Bomberos.
Así lo manifestó Arturo Jiménez Trejo, quien anteriormente se ha desempeñado como productor, al participar en el Congreso sobre la Calidad del Aire “Ambientalízate”.
Abundó que hay ocasiones en que los cultivos estuvieron expuestos a plagas, bacterias o patógenos, por lo que la única manera de deshacerse de ellos y que no se propaguen a otros cultivos, es mediante la quema.
“De otra manera se estarían exponiendo a los demás cultivos a que sean infectados, y entonces se nos viene un problema mayor, por eso estas quemas deben de ser estrictamente regularizadas, una vez que se comprueba que no hay otra manera de tener el efecto”.
El ex productor comentó que precisamente son los Bomberos los que tienen la atribución y capacidad de controlar los efectos de las quemas y que, además, deberían ser quienes atiendan las solicitudes para autorizarlas.
“Estas condiciones tienen que ser concientizadas y consensadas, entre el departamento de bomberos, la delegación y el municipio, en este caso. Considero que el ente más necesario dentro de esta actividad, va a ser el municipio”, expresó.
Actualmente, el costo que debe enfrentar un productor para eliminar los residuos de cosecha, es de alrededor de 2 mil pesos para atender hasta 15 hectáreas, mediante la técnica de la quema.
En cambio, utilizar un método distinto a la quema costaría entre 5 mil y 7 mil pesos por hectárea, ya que al incorporar estos residuos a la tierra involucra una inversión mayor por el uso del agua y maquinaria.
“La diferencia es tremenda porque cuando se incorporan los residuos, están hablando de cortar, incorporar y luego aplicar agua y mover la maquinaria”.
“Al productor, hacer toda esa vigilancia (con la quema agrícola), le cuesta entre 1 mil 500 y 2 mil pesos, por cada 5 hectáreas, por tener el cerco, el monitoreo, la revisión y obviamente en la medida que aumenta la superficie, aumenta el costo”.
