Como verdaderos héroes, entregados y comprometidos con laslabores de rescate es como paramédicos, rescatistas y bomberosrecordarán a Roberto Caloca y Roberto Munguía, quienes murieronjunto Noé Carrasco Cruz y Jorge Alberto Zavala Martínez, piloto ycopiloto del helicóptero de la Policía Estatal Preventiva(PEP).
De acuerdo con miembros de diversas corporaciones, Roberto,apodado como “el caloca” tenía más de once años siendo partedel Grupo Aguiluchos aunque fue desde que cursaba la preparatoriaque mostró sus intereses por las actividades de rappel yexcursión.
Desde que ingresó a la corporación, se ubicó como uno de losmás hábiles en las labores de rescate por lo que era referenciapara quienes se desempeñan en ese ambiente.
Tras su muerte, a Roberto Caloca le sobreviven dos hijospequeños.
Roberto Munguía se desempeñaba desde hacía 20 años dentro dela Asociación Bravo-10 además de ser voluntario en la Direcciónde Bomberos, adscrito a la División de Rescate.
Sus compañeros lo describieron como un poco serio peroaltamente disciplinado en las labores que desempeñaba así como enlos cursos en los que siempre participaba, específicamente derescate en montaña y desierto.
A Munguía le sobreviven dos pequeños hijos además de suesposa.
“Eran apasionados y muy comprometidos, cuando había que salirsalían sin cuestionar, siempre hicieron la labor que les gustaba ymurieron portando el uniforme que siempre les gustó portarmientras hacían lo que les apasionaba”, coincidieron amigos ycompañeros.
La mañana de ayer, a través de sus redes sociales, RobertoCaloca y Roberto Munguía compartieron con sus contactos quesalían rumbo al cerro del Centinela a realizar las labores derescate para localizar a una jovencita que permanecía extraviadadesde la tarde del domingo.
Tras el accidente que les costó la vida, rescatistas, bomberos,paramédicos y voluntarios expresaron sus condolencias y semostraron consternados por la forma en que ambos perdieron la vidaaun cuando eran ellos quienes donaban su tiempo y esfuerzo parasalvar a otras personas.