Residentes del ejido Michoacán de Ocampo consideran que al instalarse ahí un albergue para migrantes centroamericanos, les robará su tranquilidad; no es racismo, aclaran, simplemente no quieren a gente rondando por el parque ni las vialidades de esta comunidad.
Hace unos días, el delegado único del Gobierno federal en Baja California, Jesús Alejandro Ruiz Uribe, anunció la instalación de dos albergues para migrantes, uno de ellos en Tijuana y el otro en Mexicali.
Por la red social en Facebook se corrió la versión de que se instalaría dicho campamento en el ejido Michoacán de Ocampo, por lo que la tarde del domingo se realizó una junta comunitaria en el parque, en la que decidieron rechazar la instalación de este campamento.
María Elena Fonseca, encargada del Comité de Agua Potable del Michoacán de Ocampo, mencionó que se había enterado de que se instalaría el albergue en su ejido, al escuchar la declaración de un diputado federal, por lo que de inmediato informó a los demás residentes de esta situación.
La tarde del domingo realizaron la reunión, la cual fue muy concurrida, sin embargo, no asistieron ni la delegada de Cerro Prieto, Laura Olivia Adame Reyes, ni el comisariado ejidal, Fernando Guillén, ya que no saben nada al respecto.
Ésta es una comunidad muy unida, incluso, cuando ven un automóvil extraño que circula por el poblado, de inmediato les avisan a los demás, están juntos en las buenas y en las malas, por lo que la reunión del parque estuvo muy concurrida.
En la junta acordaron levantar firmas, para después irlas a entregar al Congreso; esto se debe hacer rápido, porque el delegado del Gobierno federal ha dicho que el albergue deberá estar listo antes de 10 días.
DESCONFÍAN
María Elena desconfía, ya que si se instala el albergue, nadie podrá salir de sus casas con la confianza que tienen ahora, sobre todo porque el ejido no cuenta con drenaje y el sistema de luz mercurial es muy deficiente.
Habrá mucha gente merodeando por el parque, que es donde los niños se juntan después de salir de la escuela, ¿qué confianza pueden tener de que ellos se regresen solos?, se cuestionó.
Además, se habla de que les darán trabajo, cuando es lo que menos hay en el ejido, tiene dos hijos ingenieros que no se han podido colocar, ella misma es enfermera y ha tenido que dedicarse a otra cosa.
Hablan también de que ya tienen el terreno, pero no saben quién lo está vendiendo o rentando, por lo que no tienen la información de dónde se instalará el albergue.
Aclaró que no se trata de un tema de racismo, ya que todos ellos son gente de bien, tienen cinco iglesias en el poblado y todas se llenan, sin embargo les preocupa el hecho de cómo van a solventar sus gastos.
QUITARÁ TRANQUILIDAD
José Victorio Javier, con 32 años de residencia en el ejido, comentó que tampoco está de acuerdo con la instalación del albergue, ya que le quitará tranquilidad al poblado.
“Si fueran puras familias está bien, pero va a llegar gente de todo y no todos vienen con buenas intenciones, quién sabe por todo lo que habrán pasado, pero la gente no va a estar tranquila, aunque son humanos como uno y vienen nomás de pasada”.
Ellos van a Estados Unidos y allá no los quieren, pero ¿por qué los tienen que traer para acá?
Recordó que hubo varios haitianos que llegaron al ejido, sin embargo, éstos trabajaban, por lo que no hubo problemas, pero no sabe si será lo mismo con los centroamericanos.
