Desde un ligero oscurecimiento, aparición acelerada de líneas de expresión hasta cáncer son algunas de las graves consecuencias que pueden traer la prolongada exposición a los rayos del sol.
Para los habitantes de cualquier otra ciudad la llegada del verano representa una de las mejores épocas del año para aprovechar el sol, pero para quienes radican en un sitio donde constantemente se registran niveles altos de radiación es en realidad la época en la que mayor cuidado debe ponerse.
Para Marisol Guízar Domínguez, responsable de la Vigilancia de Enfermedades por Temperaturas Extremas en la Secretaría de Salud, es importante conocer los tipos de radiaciones que causan efectos en la salud de la piel.
“Hay tres tipos de radiación, pero los que causan daños son los UVA y UVB, porque van a entrar a la epidermis o a las capas más profundas de la piel y generar quemaduras solares y a largo plazo crece el riesgo de presentar cáncer de piel”.
Aunque cualquier persona puede sufrir los efectos negativos del sol, éstos dependerán del grado de exposición.
Por ejemplo, exponerse por tiempo corto provocará cambios en su color causados por la alteración de la melanina, una transformación aguda pero que si se trata a tiempo no tiene efectos contra.
“Es una sustancia que tenemos en la piel encargada de darnos la coloración, cuando estamos en la playa y nos exponemos al sol nuestra piel cambia de coloración, eso ocurre porque hubo una estimulación de la melanina”.
El siguiente nivel de afectación son las quemaduras que pueden ir del primer al tercer grado, cuyo tratamiento puede ser incluso en el hospital.
Otro aspecto no tan favorable es que los rayos ultravioleta destruyen las fibras de colágeno y elastina, acelerando la aparición de líneas de expresión.
Pero si la exposición al sol es constante y prolongada, entonces el daño ocurre a nivel celular, lo que puede llegar a generar el cáncer aunque también infieren los estilos de vida, uso de bloqueadores y predisposición genética.
Pero no todo es negativo, al “astro rey” también se le atribuyen beneficios como la regulación de varias funciones del cuerpo, activación de reacciones antiinflamatorias y la producción de vitamina D, aspectos positivos que solo se harán presentes con las medidas necesarias.