Como un cumpleaños sin pastel, un día de acción de gracias sin pavo, la navidad no sería navidad sin el pino decorado en todos los hogares. Esta tradición que data desde el siglo 19 ha causado cierta confusión los últimos años, debido a la crisis por el medio ambiente que se vive a nivel mundial, ¿Qué es más ecológico, un pino natural o artificial?
La respuesta es: natural. Pero, ¿Por qué?
Los árboles naturales que tu puedes comprar cada diciembre vienen de predios creados y plantados con el objetivo de obtener estos pinos para su venta. Pero, una vez talados se reforesta la zona con nuevos pinos, por cada uno que se tala, se plantan 5.
Manuel Navejar, dueño de una empresa vendedora de estos pinos en Baja California, señala que se tiene un concepto erróneo de la extracción de los árboles, ya que esta actividad tiene mayores beneficios para la naturaleza.
“No somos taladores, somos empresas que cuentan con muchos años, no los cortamos sin permiso, estamos verificados ante la SAGARPA, tampoco vendemos árboles con rumorados hongos”, señaló el empresario.
Además, una vez que culminan las fiestas decembrinas, el ayuntamiento suele instalar centro de acopio, donde se dona el pino natural y este se recicla para convertirse en composta, para nuevos árboles.
Carlos Ruano, Biólogo Coordinador de Difusión y Educación Ambiental de la Secretaría de Protección al Ambiente en Baja California señaló tanto el pino natural como artificial tienen sus ventajas y desventajas, pero que a un largo plazo, hay mejores alternativas en el proceso de los pinos naturales para salvaguardar el ambiente.
“Si bien, una plantación forestal por lo general esta conformada por una sola especie de monocultivo, un solo tipo de pino. Para poder impulsar los servicios ecosistémicos, es decir elevar la producción de oxígeno y así disminuir la posible contaminación, se necesitan de dos a tres especies de pino”, señaló el biólogo.
En cambio con los pinos artificiales, generan una mayor cantidad de altas emisiones de CO2, por lo que contaminan más a la hora de su fabricación, exportación y deshecho. Y como su principal componente es el plástico, tienden a demorar hasta 100 años en descomponerse.
“La recomendación es que los arbolitos artificiales los puedan usar por muchos años para que puedan mitigar esos impactos, ya que están hechos de plástico y no se biodegradan y al final terminan siendo microplásticos que contaminan nuestro suelo y nuestra agua”, declaró Carlos Ruano.
Para que un pino artificial no logre contaminar, de acuerdo a un Ellipsos, una firma de consultoría ambiental canadiense, tendría que utilizarse por lo menos 20 años, lamentablemente, las personas reemplazan un árbol artificial cada 10 años.
Así que ya lo sabe, para estas fechas decembrinas, es posible seguir con la bella tradición sin afectar al medio ambiente.