Francisca Ramos, del ejido Irapuato, sembró en este ciclo 10 hectáreas, para lo cual solicitó un crédito de 400 mil pesos, sin embargo, quedará debiendo 103 mil pesos, aun cuando le paguen la cosecha, eso sin contar los intereses.
La productora le presentó cifras al coordinador nacional de Comercialización de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Santiago Argüello Campos, para que se diera una idea de la dimensión del problema.
Explicó que ella cuenta con 10 hectáreas de terreno, por lo que solicitó un crédito bancario por 40 mil pesos por hectárea, por lo que le prestaron 400 mil pesos, mismos que invirtió en la compra de insumos para preparar la tierra y sembrar trigo cristalino.
Sin embargo, tan solo tuvo un rendimiento de 5.5 toneladas por hectárea, lo que da un total de 55 toneladas como su producción total, cuando el promedio en el Valle de Mexicali es de 6.5 toneladas por hectárea.
La tonelada de trigo se la pagan a 5 mil 400 pesos, sin apoyo extra de los 8 dólares por compuesto vitamínico, ya que a su producción le detectaron “panza blanca”, que es una condición almidonosa del grano de trigo, como consecuencia del bajo nivel de proteína.
Lo anterior, debido a que por falta de recursos, no pudo aplicar más fertilizante, lo que tuvo como consecuencia este resultado, baja producción, y bajo nivel de proteína.
Al final, le pagarán 297 mil pesos por su cosecha, por lo que existe una diferencia de 103 mil pesos con el crédito de 400 mil pesos que solicitó a una institución bancaria, y a lo que hay que sumarle los intereses que le cobrarán y se acumularán cada mes.
Por lo anterior, no sabe qué hacer, ya que no cuenta con dinero y ahora quedará endeudada.