Según un análisis al Presupuesto de Egresos de la federación (PEF) para el 2024, destinado a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), es considerado como inercial por la Confederación Nacional Campesina (CNC), es decir, apenas por encima de la inflación esperada al cierre de este año, y apenas superior del 2018.
Lo anterior lo manifestó el dirigente de la CNC en Baja California, Mario Soto Ibarra, luego del análisis realizado por uno de los sectores del PRI, al Presupuesto de Egresos que deberá ser aprobado por la Cámara de Diputados federal.
El presupuesto aumenta con respecto al año pasado en 3 mil 583 millones de pesos (mdp), el 5.08 %, que apenas y permite compensar la inflación que se estima cerrará en 4.7 %.
El presupuesto de 2024 sería tan solo 293 millones de pesos superior al de 2018, (0.40% más). En 2018, de cada cien pesos del PEF, se destinaban un 1.40 pesos, en 2024 se destinarán solo 0.82 pesos, lo que representa una caída del 42 %.
Por lo anterior, se deben tomar acciones como restituir las capacidades de financiamiento desmanteladas; Implementar esquemas de Agricultura por Contrato (AXC), de Créditos con seguro agrícola y catastrófico, con Cobertura de Precios, Inversión en obras de mitigación y adaptación a los efectos del Cambio Climático.
Estos esquemas son indispensables para, entre otros beneficios, disminuir los precios de los productos del campo.
Aunque el principal riesgo hoy en día es la acción del Crimen Organizado sobre quienes se encuentran arraigados en el campo, señaló el dirigente cenecista.
Propiciar la tecnificación del riego, el uso de agricultura protegida, rehabilitación de superficies de riego; ofrecer apoyo para la adquisición de fertilizantes a precios subsidiados o preferenciales, y en el caso de pequeños productores, entregas sin costo de estos.
Incentivos en el uso de semillas mejoradas para promover su producción comercial, y para incentivar la productividad en un ambiente con pobreza y degradación de los suelos, las condiciones extremas agroclimatológicas y la diferenciación de las fechas de siembra a los que se ven expuestos los productores.
“Necesitamos plantas más vigorosas y resistentes, e investigaciones dedicadas a la generación de nuevas variedades y protección física y legal de las actuales. Expandir los procesos de “Denominación de Origen” y trazabilidad”.
Restituir las capacidades de atención a temas de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria, con objeto de mejorar los bienes públicos que ofrece la administración pública.
La desinversión del gobierno federal para la regulación de los procesos pesqueros y acuícolas solo ha generado que sean agentes del crimen organizado quienes se aprovechen de la falta de controles y vigilancia, expuso Soto Ibarra.
Es indispensable desaparecer el programa “Bienpesca” y redirigir los recursos a apoyo a bienes de capital, y a la indispensable vigilancia de los recursos naturales que se derivan de esas actividades, propuso.