La charrería y rodeo pueden llegar a ser una actividad donde los jinetes llevan sus habilidades al límite para destacar en uno de los deportes de más arraigo en el país y reviven esta tradición en los ranchos ganaderos. Brian Gómez, desde hace cinco años desarrolla sus habilidades ecuestres, propias del charro mexicano, en las distintas categorías como caballos con petral, lazo de becerros, lazo por parejas, caballos con montura, carrera de barriles, jineteo de toro y amarre de borrego.
“Desde niño yo me crié en el rancho y lazando puro ganado, es lo que más me gusta; crecí con caballos y ganados en Valle de las Palmas, en el Municipio de Tecate”. Montando un cuarto de milla de nombre “Ratoncito”, Brian comparte las experiencias que el deporte le ha enseñado. Él y su caballo han desarrollado algunas de las suertes de la charrería y el rodeo, incluidas destrezas de los hombres de campo al manejar los animales de los ranchos ganaderos.
“Es un hermoso deporte que tiene que ver mucho con la conexión que existe entre el caballo y el jinete para que pueda desarrollarse esta parte del deporte; mi conexión es muy precisa, si yo estoy enojado mi caballo se estresa y no podemos trabajar bien para lazarlo”. Ganador de monturas, hebillas y pecheras, Brian en 2016 participó en el Encuentro Nacional de Charrería y Rodeo en Hermosillo, Sonora. “Esto representa lo que es el pueblo y el rancho. Sin duda, esto comenzó directamente de los ranchos, las personas pueden disfrutar tanto el jaripeo, la charrería y el rodeo”.