La salmuera que se genera del proceso de la desalinización del agua de mar, es contaminante para el suelo y las costas, por ello, debe ser retornada por tuberías al fondo del mar y con difusores, explicó el doctor Jorge Ramírez Hernández, investigador del Instituto de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
El objetivo es reducir los impactos contaminantes, aunque con ellos se encarezca el servicio y proceso de la planta desalinizadora y, al final, el costo del agua también sea más costoso.
Detalló que la salmuera al ser desechada sobre la tierra, contamina el suelo y genera que muera la vegetación que se encuentra alrededor.
Si es arrojada en las costas, también mata la vegetación y la fauna del mar.
Es por ello que la manera correcta de desechar la salmuera, es la instalación de tuberías al fondo del mar, en donde se deben aplicar difusores.
“Pero para que el agua salga por ahí tienes que bombearla, es decir, aplicar energía y esa tubería se corroe, tienes que cambiarla cada cierto tiempo; si sumas ese costo a la generación del agua, esto es lo que sale muy caro; ese es el detalle, o sea, tu metes agua con cierta salinidad, sacas agua dulce, potable y te sale una salmuera y ¿qué haces con ella?”, reflexionó el experto.
Ante dicho escenario, señaló que en México es viable crear desalinizadoras de agua, sin embargo, la inversión que se requiere para hacerlo correctamente y sin generar un daño ambiental es de alto costo.
Porque involucra generar los sistemas necesarios para depositar la salmuera de rechazo.
Ramírez Hernández detalló que si el costo final para el usuario es barato, de tal manera en que lo pueda pagar toda la ciudadanía, esto es porque se están generando impactos ambientales considerables, al no disponer correctamente de la salmuera.
En cambio, si lo haces sin realizar un impacto ambiental fuerte, con más tecnología, con el debido mantenimiento y energía, eso representa inversión y un mayor costo de producción.
“Entre más tecnología aplicada, es más caro, pero es menor el impacto ambiental y entre más barata es mayor el impacto”, puntualizó.
Generalmente, dijo, al realizarse políticas públicas se procura que sea lo más barato posible para la ciudadanía, sin importar que impacte al ambiente, lo cual genera conflicto con muchas personas que sí les importan los efectos al entorno.
Agregó que en el caso de México es viable la desalación o desalinización, debido a que aquí se ofrece un subsidio en la energía eléctrica a los agricultores, no obstante, si no se les otorgara el subsidio en la energía eléctrica que se necesita para ese proceso, definitivamente sería inviable para esos productores.
Como contexto, en la administración del ex gobernador Francisco Vega de Lamadrid, se autorizó un proyecto de planta desalinizadora en zona costa que fue denunciado, donde los altos costos no eran por tecnologías, sino por ganancias excesivas para los inversionistas.
Dos plantas costarían más de 57 mil millones de pesos a los bajacalifornianos por un plazo de 37 años, cuyos beneficiarios serían un círculo de empresarios y políticos.