Preeclampsia, enemigo silencioso del embarazo

La noticia de gestar vida representa para cualquier mujer el comienzo de una nueva etapa marcada por cambios especialmente en su cuerpo que durante nueve meses albergará a un nuevo ser.

Érika Gallego

  · sábado 16 de junio de 2018

Foto: Cortesía

El proceso de gestación sin duda está enmarcado por la ilusión sobre la llegada del nuevo bebé y pocas veces las madres se detienen a pensar en las complicaciones que pueden llegar durante ese lapso, consideró José Rojas Serrato, especialista en Ginecología y director del Hospital Materno Infantil de Mexicali (HMI).

Uno de esos riesgos es la preeclampsia, considerada la primera causa de muerte materna en países en desarrollo como México.

En el 2017, 24.6% de las embarazadas atendidas en el HMI fueron diagnosticadas con preeclampsia.

“Se trata de la hipertensión gestacional o presión arterial diastólica, exclusiva de las mujeres embarazadas a partir de la semana 20 y dejan de padecerla luego del nacimiento del bebé; las embarazadas presentan una presión superior a 140 mmHg (milímetros de mercurio)”.

Del 2012 a la fecha, este padecimiento se ha diagnosticado en más de 20% de las mujeres que acuden al control prenatal en el HMI.

Rojas Serrato detalló que en el 2016 por motivos de preeclampsia en el nosocomio debieron realizarse 58 cesáreas, otras 53 durante el 2017 y en lo que va del año se han hecho 28 de estos procedimientos en mujeres con la enfermedad.

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COMPLICACIONES

Para el especialista en Ginecología, lo preocupante son las complicaciones que la preeclampsia puede traer tanto a la madre como al feto, aunado a que en ocasiones las mujeres no procuran llevar un control prenatal.

“La preeclampsia puede causar la muerte, afecta la placenta, hígado, riñones, cerebro y otros órganos, además del sistema sanguíneo de la madre; no hay que perder la vista que el padecimiento puede provocar que la placenta se separe del útero y propiciar un parto prematuro”.

Aún con lo grave que puede llegar a ser, este padecimiento es totalmente prevenible si la mujer lleva un adecuado control prenatal a lo largo de todo el embarazo.

Además, es necesario prestar atención a los síntomas que pudieran alertar sobre la presión arterial alta, condición que podría llegar a ser silenciosa, ahí la importancia de detectar cualquier anomalía.

“Debe medirse la presión al menos dos veces en un rango de seis horas; las síntomas más comunes son las alteraciones visuales, ver borroso o desenfocado, además de presentar dolor de cabeza, vértigo, hormigueo en manos y cara”.

En estado grave, la enfermedad causa convulsiones y sangrado vaginal, así como el desprendimiento de la placenta.