Es momento en que la comunidad de la diversidad sexual manifieste su voto este domingo, día en que se decidirá quién será el Presidente de la República durante los próximos seis años, consideró Emilio Bastidas Treviño, actor que además se caracteriza de mujer para trabajar. Emilio o “Emily”, como le dicen quienes lo conocen en Mexicali, de donde es originario, señaló que debido a que siempre han sido vulnerables todas aquellas personas que se identifican con una identidad distinta a la que nacieron, deben de exigir que se respete su derecho de votar, precisamente emitiendo el voto en las casillas.
“Tenemos dos candidatos que se reunieron con el Frente Nacional por la Familia, que representan a los Partidos que dijeron que van a seguir la agenda del frente que representan a los dos Partidos que siempre nos han gobernado; pues está de la ñonga que por seguir los estándares de ellos no podamos votar y se queden ellos mismos gobernando”.
El joven actor, quien reside actualmente en la colonia Centro en la Ciudad de México, apuntó que siempre ha participado con su voto en los procesos electorales anteriores y nunca ha sido discriminado, aunque nunca lo ha hecho caracterizado de mujer. Hace seis años en el proceso electoral en donde resultó electo Enrique Peña Nieto, Emilio votó utilizando una casilla especial en donde pueden votar los originarios de otras entidades. Este domingo 1 de julio piensa ir sin caracterizarse a sufragar, ya que el proceso le toma mucho tiempo y prefiere vestirse y maquillarse como mujer cuando va a salir por las noches.
La Lagunilla lo acoge A pesar de no ser considerado como un barrio moderno, en la colonia Centro en el barrio La Lagunilla, Emilio es tratado bien por la comunidad, aun cuando está vestido de mujer. “Solo dicen ‘¡Ahí va la güera!’. Es distinta la percepción que se tiene de la comunidad de la diversidad sexual en la Ciudad de México, reconoció, ya que incluso allá el año pasado se realizó una campaña masiva para que contaran con una credencial actualizada para los que gustan mostrarse al mundo de una forma que no es convencional para los tradicionalistas.