Tener cotizadas al menos 1 mil 250 semanas ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), tener al menos 60 años cumplidos y contar con un seguro dotal o cuenta de inversión son algunos de los requisitos que deberá acreditar un joven que desee pensionarse con una vida digna cuando llegue a la vejez.
Armando Medina Echavarría, contador público y socio director de consultores Medval SC explicó que aquellas personas que iniciaron su vida laboral ante el IMSS a partir de que se creó el régimen de la Ley del Seguro Social 1997 deben de trabajar al menos 24 años,
Las personas que empezaron a laborar después del 1 de julio de 1997 deben de contar con al menos 1 mil 250 semanas cotizadas para pensionarse, siendo que las personas que estaban bajo el régimen anterior, bajo la Ley del Seguro Social 1973, solo pedía que se acreditaran 500 semanas, lo cual suma alrededor de 10 años cotizando.
En el caso de los nuevos afiliados al IMSS, desde el 1 de julio de 1997 a la fecha, se determinará su pensión realizando un estudio en el que se analiza cuánto podría vivir la persona después de trabajar.
“Se va a hacer un estudio contractual en el que van a realizar la calidad de vida que tú vas a tener o los años de vida que esperan que vivas y dividir la bolsa entre los años que vas a vivir”.
Una persona que tiene un sueldo bajo, entre los 2 y 3 mil pesos, su pensión no será suficiente para tener una vida decorosa en la que ocasionalmente pueda viajar, salir y en general disfrutar del tiempo que le queda de vida.
“Es lógicamente insuficiente, no te hablo de una familia, un sujeto no alcanza a vivir en condiciones decorosas con ese tipo de pensión y eso es lo que le va a deparar a la juventud si no hacemos algo”.