Resguardado con un sombrero de paja, Don José Antonio Cisneros pedaleó por más de 45 minutos su bicicleta para observar con sus propios ojos la nueva aduana mexicana por la que en unos meses verá ingresar a sus hijos que lo visitarán desde Los Ángeles, California.
A pesar de la alta sensación de humedad, el residente de la colonia Santa Isabel quiso además documentar con su teléfono celular las nuevas instalaciones que le parecen bonitas, más modernas aunque un poco confusas.
“Quiero informarles a mis hijos por donde se vengan, se ve mucho mejor ahora solo falta que le den un buen servicio a la gente, a quienes vivimos en esta zona nos beneficia y facilita el acceso”.