“Me conformo con que estén bien” expresó la señora Yolanda Pérez, sobreviviente del incendio que se suscitó en el asilo “Hermoso Atardecer” el 23 de junio del 2015, al referirse a sus hijos que según sabe, están en Culiacán, Sinaloa y que nunca la han visitado.
“Yoly”, como le dicen los empleados del asilo “Dr. Carlos Canseco”, del ejido Janitzio, donde actualmente se encuentra, al ser entrevistada por reporteros de esta casa editorial, pidió que se dirigieran a ella del lado derecho, dado que se le dificulta escuchar, por lo que un trabajador le introdujo un aparato auditivo.
Durante los tres años que ha vivido en ese asilo, el cual opera el DIF municipal, a veces le ha ido bien y a veces mal, pero dice que si tuviera un problema serio se lo diría primeramente al administrador, Francisco.
“Mi familia mayor ya murió, tengo tres hijos, están allá en Culiacán, tengo tres mujeres casadas y un hijo que se murió”.
Lo que más le da a alegría, dijo, es cuando hay una buena visita y cuando escucha música en vivo, lo cual genera un buen ambiente, ya que las fiestas estruendosas es lo que prefiere.
Aseguró que sus gustos tienen que ver con su lugar de origen, Los Mochis, Sinaloa. Su música favorita es la ranchera y la que es “estilo Sinaloa”, como Ramón Ayala o Chayito Valdez.
“A mí me gusta la alegría, me gusta echar relajo, a veces me callan ‘que yo nomas estoy hablando’, que estoy gritando, yo así soy y nadie me lo va a quitar, yo creo que ni la muerte, que siga la fiesta”, fue lo que comentó la abuelita, a pesar de que su familia nunca la ha buscado.
Refirió no pesarle que sus hijas y sus nietos no viajen desde Culiacán para visitarla, siendo que lo único que la tranquiliza es que estén mejor que ella, ya que luchó “para que cayeran en lo bueno”.
“Me salieron bien canijas, por no decirte groserías, pero me conformo con que estén bien”.
Fue intencional, insiste
Doña Yoly afirma que el incendio que se dio en el asilo anterior en donde estaba, el “Hermoso Atardecer”, el cual ardió durante la madrugada del 23 de junio del 2015, fue intencional, ya que asegura que alguien que había sido administrador anteriormente mandó quemar el inmueble.
Comentó que Alberto Cota Cota fue el que le pagó a alguien para que lo quemara, dado que ella misma se percató de que se robaba de las donaciones de la gente, mismas que –asegura-- se llevaba a vender a un tianguis.
“Ese hombre merece estar en la cárcel”.
“Sin justicia”: Blanca Gastélum
Blanca Gastélum, otra de las sobrevivientes del incendio, cuestionó que después de tres años de haber sucedido la tragedia, aun no se definan responsables por el siniestro que culminó con la vida de 18 adultos mayores en situación de abandono.
Ese asilo se debió llamar “Terrorífico Atardecer”, dijo, ya que a la fecha se desconoce quién inició el fuego en la infraestructura del asilo.
Recuerda que fue gracias a “Don Chava”, que pudo sobrevivir, ya que él se percató de que algo malo estaba pasando aquella noche.
“Nos dijo ‘sálgase porque el asilo se está quemando’”.
Blanca asegura que no tiene familiares. Solo la visita una familia que viene del ejido Querétaro, en donde se encontraba el asilo “Hermoso Atardecer”.
Buscan integrarlos al Canseco
Para que no se sientan aislados, el asilo donde actualmente viven las señoras Yolanda y Blanca Gastélum y 64 personas más busca, abrirle las puertas a todo aquel que desee pasar tiempo con los adultos mayores.
El administrador del asilo “Dr. Carlos Canseco”, Francisco Antonio Valenzuela Gómez, explicó que para ellos es muy bueno conocer gente nueva, lo cual permite romper con la rutina.
De los 66 adultos mayores que viven actualmente en este espacio que se ubica en el ejido Janitzio, estimó que tres de ellos cuentan con una persona que los visita de manera ocasional, por lo que el resto, aun cuando unos sí tienen familia, no son visitados por ellos.
Recuerda que cuando se suscitó la tragedia, el DIF municipal a través de este asilo acogió a los ancianitos que sobrevivieron. Fueron 22 los que sobrevivieron, de los cuales 5 fueron recogidos por su familia y los restantes viven en el DIF, salvo “Don Chava”, quien falleció el año pasado, pero por cáncer.