Niños voluntarios apoyan en desayunador ambulante

Alan, de 14 años, quien hace 5 años sufrió un derrame cerebral, es el anfitrión en cada uno de los desayunos

Dulce María Díaz/La Voz de la Frontera

  · domingo 29 de septiembre de 2019

Foto Cesar Valdez

Decena de niños del poblado Compuertas y colonias aledañas fueron beneficiados con un desayuno completo gracias a las acciones de la agrupación Mujeres que Ayudan, en donde los niños voluntarios forman parte importante.

Desde las 9:00 horas los sartenes se encendieron y las mezclas para preparar hot cakes y huevos, se alistaban para que en punto de las 10:30, los menores que iban llegando tomaran su lugar y esperaran, coloreando un dibujo y conviviendo con los demás niños, su plato de alimento.

“Ya tenemos todo, van llegando de a poco los niños con sus papás, a quienes, después de que desayunan sus hijos, se les pone en mesas ropa donada que nos llega, y ahí ellos escogen”, señaló Nancy Lobatos, líder del grupo.

En la entrada, con una sonrisa estaba Alan, de 14 años, quien forma parte de esta comunidad altruista y de los niños voluntarios, quien junto a su mamá Alma Ilean Solórzano Andrade, desde hace año y medio que iniciaron esta actividad está trabajando de manera constante.

“Para mí lo más importante es enseñarles a mis hijos que hay gente menos favorecida, el ser solidarios, empáticos con la gente y aquí los tenemos trabajando, nos ayudan a separar, a cocinar a todo”.

Alan, quien sufriera hace 5 años de tuberculosis, lo que le desencadenó una meningitis que finalmente le provocó un derrame cerebral, es quien, a pesar de las adversidades de la vida, siempre está dando la bienvenida a todos y quien disfruta el participar en este tipo de actividades.

“Me gusta estar aquí, porque estamos toda la familia, siento bonito, convivo con los niños, juego, platico, nos hacemos amigos”.

Por amor al prójimo y en agradecimiento por las bendiciones recibidas es que Alma Ilean y su familia apoyan este tipo de causas sociales, que a través de Mujeres que Ayudan se hacen posibles.

“Cuando a mí me lo entregaron, me lo dieron en estado vegetal, no iba a comer, a hablar, no iba a caminar ni nada, me lo desahuciaron dos veces y pues, Dios tiene la última y aquí andamos, por eso estamos aquí, porque estamos muy agradecidos con la vida”.