En los últimos cinco años, la Secretaría de Educación en Baja California ha emitido cuatro exhortos a la misma cantidad de escuelas de educación básica, por la presunta vulneración de los derechos de los menores por no haber permitido que se inscribieran en esos planteles, todos privados.
Además, identificó que una escuela en Ensenada no cumplió con el principio de inclusión establecido en la Ley General de Educación.
En respuesta a la solicitud de información que se hizo a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, con folio 021166624000093, se informó que la Coordinación de Control Escolar, Información y Estadística Educativa, en vinculación con la Dirección de Asuntos Jurídicos, exhortó a tres escuelas de Mexicali y una en Tijuana a no vulnerar los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
Estos planteles fueron los de nivel preescolar en Mexicali “St. Jude Montessori Academy of Peace”, así como el Colegio Sentinella y uno llamado Life.
También se emitió un exhorto a la secundaria del Instituto México de Baja California, AC, ubicada en Tijuana.
A dichas escuelas se les hizo el llamado a garantizar el acceso o ingreso, permanencia, participación y aprendizaje de los menores que sufran alguna condición de discapacidad o trastorno.
En los últimos cinco años, la Secretaría de Educación recibió dos quejas por parte de dos madres de familia, debido a que se les negó inscribir a sus hijos en esas escuelas.
Una de las madres se quejó por la negativa de las tres escuelas mencionadas de Mexicali y el otro caso se cometió en Tijuana.
Por su parte, el Órgano Interno de Control de la misma dependencia reconoció que se recibió una queja contra el Colegio Firenze, una escuela privada ubicada en Ensenada, por no acatar lo señalado en los artículos 64 y 65 de la Ley General de Educación, en cumplimiento a los principios de inclusión.
Todas las quejas mencionadas se presentaron durante el 2023.
En la misma solicitud de información, se precisó que el Órgano Interno de Control no cuenta con registro de haber sancionado a servidores públicos por vulnerar el derecho a la educación de algún menor de edad, tras haber inhibido o evitado que se inscriba en una escuela en educación básica, por tener alguna condición de discapacidad o trastorno.
En el caso de las escuelas privadas, se argumentó que el personal que labora en las mismas, no es considerado servidor público, por lo que, en términos de la Ley de Responsabilidades Administrativas del Estado de Baja California, no son sujetos de aplicación de ésta, de tal suerte que no corresponde al Órgano Interno la investigación y en su caso, la facultad de sancionar las conductas presuntamente señaladas como faltas administrativas, ya que no se trata de hechos atribuibles a personas servidoras públicas.
UN CASO
La señora Iraiz Moreno interpuso una denuncia ante la Fiscalía General del Estado de Baja California por considerar que su hijo, Saul, fue discriminado por una escuela particular al no haberle permitido su inscripción.
En diciembre de 2023 interpuso la denuncia con el Número Único de Caso 0202-2023-36538/RAC, debido a que consideró que fue discriminado su hijo por padecer el trastorno del espectro autista, por parte de Instituto Baja California, una escuela privada de carácter religioso, ubicada en Mexicali.
Moreno mencionó que tras haber puesto la denuncia, la Dirección de Participación Social y Convivencia Escolar del Sistema Educativo, encabezada por Ana Beatriz Jáuregui Santillán, se puso en contacto con ella para facilitar una escuela donde recibieron a su hijo, al igual la profesora Sonia Banda, quien coordina a las primarias.
Aunque el plantel donde decidieron no permitirle la reinscripción a su hijo no se encuentra en la respuesta que se otorgó a LA VOZ DE LA FRONTERA vía transparencia, el Sistema Educativo se cercioró de que su hijo fuera atendido debidamente y a la fecha se encuentra inscrito en la escuela primaria Gabriela Mistral.
“Me ayudaron a buscar escuelas, a la escuela donde lo había mandado primero, la directora me había dicho que ya tenía muchos niños autistas y no los quería aceptar. Fui a otra escuela y fue la misma historia, entonces digamos que se les obligó a la escuela a aceptar a Saúl, porque no lo querían aceptar.
“Me siento contenta porque gracias a que ingresó a esa escuela, he visto un cambio en el niño; se siente bien, se siente aceptado, hasta abrieron un grupo especial para que estuviera ahí en la escuela. Sí me sentí apoyada por las maestras Jáuregui y Banda”, comentó.