El panteón 1 “Los Pioneros” se encuentra bien resguardado por las noches, ya que desde hace dos años este espacio es cuidado por “Negro”, un perro criollo que fue adoptado por Gabriel Estrada Hernández, el administrador.
El destino unió a estos dos personajes que funcionan como un binomio al velar por los cuerpos de los que restan en paz en este inmueble municipal que existe desde el 15 de noviembre de 1918. El “Negrito”, como le dice de cariño su dueño, llegó hace dos años, después de que fuera “tirado” en este espacio en pleno verano, cuando las temperaturas son inclementes tanto para los humanos, como para los animales.
Gabriel recordó que “Negrito” estaba enfermo cuando recién lo adoptó, por lo que lo llevó a que recibirá atención médica y lo desparasitaran. Una noche, el empleado municipal recordó que unos jóvenes ingresaron sin permiso a este lugar, quienes estaban aferrados a que les diera información sobre las tumbas, por lo cual “Negrito” sacó su lado protector y con ladridos les indicó que ya no era una hora prudente para encontrarse en el cementerio municipal.
“Ellos estaban tercos y gracias al perro, los echó para afuera, se les echó encima y se fueron”. Gabriel representa a la tercera generación de su familia que administra el panteón 1, en donde en muchas ocasiones debe de quedarse a dormir. Ahora se siente seguro estando con "Negrito", can que descansa en las áreas verdes del panteón.
El perro pasa sus días disfrutando de la sombra que arrojan las tumbas del panteón, pero sobre todo disfruta revolcarse en el lodo con el fin de refrescar sus patas.
