Migrantes huyen por hambre y desempleo

En el primer contingente de la Caravana Migrante arribaron 120 centroamericanos, entre ellos 34 menores que acompañados de sus padres buscan llegar a Estados Unidos

Érika Gallego

  · miércoles 25 de abril de 2018

Migrantes hondureños buscan una oportunidad. / Foto: Sergio Caro

Mientras sostiene en sus manos orgulloso una bandera de su natal Honduras, Carlos Antonio Aguilera Serna, no puede evitar soltar las lágrimas al recordar la impotencia que sentía al escuchar que sus cuatro hijos tenían hambre cuando él no tenía para ofrecerles ni siquiera una tortilla.

Carlos Antonio junto a su esposa Evangelista Aguirre y sus hijos Ashley Nicole de 12 años, Carlos de 14, Kevin de 15 y Ángel de 9, arribó ayer a Mexicali después de un viaje que inició hace poco más de un mes para llegar hasta la frontera Norte. Se trata de la Caravana Migrante, travesía que iniciaron hombres, mujeres y niños originarios de Centroamérica que huyen de las condiciones de pobreza y que ven en Estados Unidos una esperanza para llevar una vida mejor. Para la familia Aguilera Aguirre el viaje incluyó trayectos a pie, otros en tren y autobús para atravesar la República Mexicana y llegar hasta el Norte donde contemplaron ya de cerca la frontera que anhelan cruzar.

Para ellos, dijo el jefe de familia, lo más duro fue el traslado desde la Ciudad de México hasta acá, pues tuvieron que sortear varios obstáculos, principalmente las organizaciones criminales que se dedican a asaltar a los migrantes. Carlos Antonio presume que Honduras, el país que lo vio nacer a él y sus hijos posee hermosos paisajes pero una política que no brinda oportunidades laborales ni salarios necesarios al menos para comer.

“Mis hijos iban a veces sin comer a la escuela y me decían papá quiero comer y pues yo no tenía, dije mejor me voy y si me como una tortilla me la voy a comer con ellos, por eso salimos y después de un mes ya estamos acá”.

En Honduras el padre de familia se dedicaba a vender cacahuates y otras botanas en un mercado, actividad que le daba al día una ganancia de 150 lempiras, lo equivalente a unos 119 pesos con los que debía dar sustento a sus cuatro hijos y esposa.

“Si compramos un refresco de tres litros pagamos 50 lempiras, por un huevo estamos pagando 5 lempiras y compramos tres tortillas por 3 lempiras, no se puede vivir así, lloro porque es un tema difícil mientras que México nos ha apoyado con alimentación, agua y hasta ropa y zapatos para los niños”.

NUESTRA VIDA

Carlos Antonio espera cruzar la frontera en Tijuana y junto a su familia recibir asilo humanitario de parte de Estados Unidos y que sus hijos estudien mientras él trabaja, pues así idealiza su nueva vida.

Por su parte, la pequeña Ashley Nicole junto a su padre y un pequeño perro negro que le regalaron en Guadalajara, Jalisco y que viajó junto a ella en el tren tiene esperanzas de llegar al lado americano donde sueña no volver a pasar hambre.

“Honduras es bonito pero mi papá no tenía trabajo ni había que comer por eso salimos y ahora hemos viajado en tren y también caminamos”.

VIENEN MÁS

El primer contingente de la caravana migrante, compuesto por 120 personas, entre ellas 34 niños y dos mujeres embarazadas, arribó a Mexicali ayer a las 11:00 horas y luego de ser recibidos por activistas de la zona centro de la ciudad continuaron su viaje hacia Tijuana pero adelantaron que tras ellos vienen otros 700 centroamericanos por la misma ruta, algunos en tren y otros en autobús.

Con la bandera de su natal Honduras en sus manos, Carlos Antonio y su familia arribaron a esta capital con muchas esperanzas de lograr una vida mejor en Estados Unidos y dejar atrás las condiciones de pobreza que prevalecen en su país. / Foto: Sergio Caro


DETECTAN TUBERCULOSIS EN CENTROAMERICANOS

Nueve casos sospechosos de tuberculosis pulmonar fueron detectados entre los migrantes centroamericanos que arribaron la mañana de ayer a Mexicali en su camino rumbo a Tijuana por donde esperan ingresar a Estados Unidos.

Médicos, enfermeros y promotores sociales revisaron la salud de los migrantes, detectando nueve casos sospechosos con la enfermedad. /Cortesía

La caravana migrante compuesta por centroamericanos ingresó a México por la frontera Sur hace un mes y ayer un primer contingente arribó a la capital del Estado donde activistas e instituciones gubernamentales los recibieron con alimento y espacios para descansar en el conocido Hotel del Migrante, en la zona centro.

Por su parte, la Secretaría de Salud desplegó un buen número de médicos, enfermeros y promotores sociales que revisaron la salud de los migrantes, detectando entre ellos los nueve casos sospechosos de tuberculosis, enfermedad altamente contagiosa.

El personal médico registró nombres y edades de cada uno de los pacientes con la intención de darles seguimiento personalizado y aplicar medidas preventivas, tal como lo indica el protocolo para atender dicha enfermedad.

Baja California es la entidad número uno en el país en incidencia de tuberculosis, situación que se atribuye entre otros factores a la dinámica migratoria.

En las consultas se detectaron también infecciones respiratorias agudas y males diarreicos.

A través del área de Vectores se implementaron labores de fumigación en cada uno de los albergues para reducir el riesgo de contagio de alguna enfermedad transmitida por picadura de moscos.

La Secretaría de Salud indicó que seguirá atenta a la llegada de migrantes para intervenir y atender las condiciones médicas en las que arriban al Estado.

males diarreicos