Luis Girón tiene 55 años de edad, es originario de la capital de Guatemala y desde hace seis años radica en Mexicali luego de ser deportado de Estados Unidos.
Apenas ayer se enteró del desastre que vive su país natal tras la erupción del Volcán del Fuego y aunque ha intentado comunicarse con sus padres y hermanas no ha podido lograr que la llamada ingrese; hasta ahora no sabe si se encuentran dentro de los evacuados o lesionados. "Estoy preocupado la llamada no ingresa, mi hermana vive cerca de donde está el volcán y no se de ella; he platicado con otros chapines y andan igual con la preocupación".
Girón emigró en 1997 a Estados Unidos y se estableció en Boston donde vivió por 15 años hasta que lo detuvieron conduciendo un vehículo y a raíz de ello fue entregado a las autoridades migratorias que lo deportaron a su país del cual volvió a salir para establecerse en la frontera norte de México donde vive legalmente. A raíz de un asalto, Luis perdió los documentos que le permiten salir y regresar al país y para recuperarlos debe pagar 1 mil 500 pesos que no tiene ya que no se ha empleado formalmente.
"Eso es lo que me detiene para ir a buscar a mi familia además por lo que he visto si cruzo la frontera quizá me encuentre zonas evacuadas". Para intentar comunicarse con sus padres y hermana, el guatemalteco acude a las oficinas de la asociación Cáritas perteciente a la Diócesis de Mexicali donde a los migrantes se les da la oportunidad de hacer llamadas nacionales e internacionales, aunque en su caso la llamada no ha tenido respuesta.
En Guatemala, país vecino al sur de México, la erupción del Volcán del Fuego ha cobrado hasta ahora más de 25 vidas.