Guillermo Lagarde Camerón es un hombre mexicalense que aunque no escucha y no habla mucho, se dedica a pintar por mero gusto, dándole vida a todas aquellas cosas que le gustan.
Su hermana Margarita relató a LA VOZ DE LA FRONTERA que Memo no nació sordo, sino que por un medicamento que consumió cuando él tenía tan solo dos años perdió el sentido del oído.
CREAN EL IPAO
En aquel entonces su mamá y un grupo de padres de familia se juntaron para traer a un maestro especialista en atender a personas sordas, creándose así el Instituto Pedagógico Auditivo Oral (IPAO), en donde Memo aprendió a leer los labios de la gente gracias al profesor Álvaro Mateos Núñez.
El inicio de dicho Instituto se dio en la casa de la familia de Memo, por la avenida Lerdo de Tejada en la colonia Nueva.
OTROS ESTUDIOS
Posteriormente, al terminar su educación básica ahí, por recomendaciones de los maestros, la madre de Memo decidió inscribirlo a estudiar pintura, toda vez que desde niño se le daba esa forma de expresión del arte.
Primero fue a clases particulares con un pintor que se llamaba Antonio Fernández, en donde aprendió a utilizar las distintas técnicas, entre éstas el carbón, pastel y pintura al óleo.
Después estudió en el Instituto de Bellas Artes técnicas de retrato, acuarela y escultura.
A lo largo de su formación como artista, también recibió cátedra por parte del finado Eduardo Auyón y el maestro Manuel Aguilar.
ES JUBILADO
Durante su vida de adulto laboró en Kenworth haciendo diseño industrial, aunque también tiene experiencia laboral en una agencia de publicidad y en medios impresos en el diseño editorial y hasta cartones.
Guillermo ahora está jubilado, pero siempre está entretenido pintando, a lado de su fiel amiga, “Mimí”, una perrita Chihuahua.