Tijuana.- Margarita Espina llegó a México con la esperanza de encontrar una mejor vida en Estados Unidos para ella y su hija Paola, de 11 años. Esta madre soltera, que reside en Tijuana, desconoce cuál lado de la frontera será su destino.
En la trayectoria que hicieron a Tapachula, Chiapas fue algo difícil para ambas, donde vivieron sus primeros cuatro meses, ahí sacó la visa para centroamericanos, la cual el gobierno mexicano le otorgó para llegar a Tijuana.
“Mi meta es superarme, trabajar y llevar mi vida normal con mi hija, que ella pueda estudiar y superarse”, dijo Margarita.
No todos los niños y niñas de Centroamérica que llegaron de la caravana están estudiando. “Hay muchos espacios a los que realmente no les interesa la parte de la educación y dejan que la mamá y los niños estén ahí, pero yo creo que sí va a ser la mayoría que no están estudiando”, mencionó el director del albergue para mujeres y niños migrantes del Ejército de Salvación, Issac Olvera.
En Tijuana, Margarita encontró el programa de educación a través de la asociación México Relaciones, Educación y Desarrollo (Zona RED), siendo una luz para su niña, en este lugar también apoyan a los niños migrantes y así su hija avanzó y terminó su sexto grado.
Zona RED es un programa del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) que da educación comunitaria a comunidades rurales por medio de la Secretaría de Educación Pública (SEP). La asociación tiene espacio hasta para 25 niños, la mayoría están en transición; es una educación primaria donde le entregan su constancia de estudio.
“Conafe sí apoya a muchos niños en lugares donde no hay escuelas. Vieron que sí hay una necesidad de apoyar niños en transición y niños mexicanos”, explicó Keith Durkin, el responsable de México Zona RED.
“La educación solamente es válida en una institución establecida, sea privada o sea pública, si es privada tiene que tener un permiso para elaborar como una institución educativa”, dijo la coordinadora estatal del Programa Binacional de Educación Migrante, Yara Amparo López López.
No todos los niños y niñas migrantes están recibiendo educación del sector educativo, porque no se han acercado a las instalaciones.
“El hecho de que no tengan papeles no es un impedimento para que ingrese a la escuela, eso es lo que quiero que quede bien claro, si el padre de familia llega a la escuela y el director le dice ‘no puedes ingresar porque no traes papeles’, vienen con nosotros”, explicó la coordinadora estatal del Programa Binacional de Educación Migrante, Yara Amparo López López.
El cónsul general de Guatemala en Tijuana, Érick Cardona, mencionó que desde la caravana 2018 tienen un gran número de guatemaltecos que ya están establecidos en la ciudad con trabajo y cubriendo sus necesidades, el gobierno local los ha apoyado, hay 250 personas de la caravana 2018 que están trabajando y 40 de sus hijos están cursando la primaria.
Margarita Espina salió de su país, porque participaba en las manifestaciones en contra del gobierno nicaragüense, razón por la cual fue perseguida.
“Como le dije, mi meta es trabajar y salir adelante, si no se puede en el otro lado, pues aquí, pero a mi país no puedo volver”, dijo.
Actualmente trabaja en el área de cocina del Albergue 2000 en el que también ha vivido por más de cuatro meses, esperando que el gobierno de Estados Unidos le dé asilo como el sueño de todo centroamericano que llega a México, si no tiene el asilo se quedará en Tijuana a empezar una nueva vida en la ciudad, puesto que su meta es superarse y trabajar para que su hija pueda tener en un futuro una vida mejor.